21. Astrid.

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Abrí los ojos despacio, encontrándome con un techo de madera y Derek a mi lado. Los rayos de sol apenas salían y la ventana delante nuestro dejaba pasar toda la luz. Miré a mi alrededor. Estábamos en algún lugar desconocido, donde jamás había estado.
Era parecida a una cabaña, tenía paredes pintadas de colores claros y el suelo era de madera al igual que el techo.
Advertí que Derek estaba despierto cuando sentí su mano entrelazar la mía.

Le sonreí dulcemente y giré mi cuerpo, quedando frente a frente con él. Acaricié su sien con la yema de mis dedos y me percaté de que su mano estaba en mi cintura.

– Buenos días.– saludé, mientras sonreía.– ¿Dónde estamos?

– Lydia nos trajo a la casa de alguien de su familia.– el tono de voz que Derek usaba denotaba que escondía algo.– Estaremos aquí hasta que…

– ¿Encontraron a Noah?– pregunté, levantando la mitad de mi cuerpo.

– No, no aún.– lo miré con una expresión severa, él sabe que me di cuenta de que esconde algo.– Si Scott se entera que te dije esto, va a asesinarme.

– Jamás te preocupó mucho que alguien pueda matarte, siendo Beta o siendo Alfa.– menciono, jugando con el extremo de su remera que usé para dormir.

– Jennifer tiene a Melissa.

Levanté la cabeza con los ojos entrecerrados. Me aclaré la garganta mientras asimilaba la situación. Mi madre es un futuro sacrificio, y nadie debe tener ni idea de donde está. Me levanté de la cama con la cabeza un poco aturdida y miré por la ventana.

– ¿Por qué estamos aquí y no salvando a Noah y Melissa?– pregunté poniéndome un pantalón que Derek había dejado la noche anterior.

Él se levantó y me tomó las muñecas, obligándome a mirarlo. Siento mis ojos arder al mismo tiempo que apoyo la cabeza en el pecho de Derek. Mientras acaricia mi espalda, susurra "todo estará bien".
Pero yo sé que nada estará bien con esa hija de perra suelta, y si la encuentro la haré sufrir tanto como ella lo hizo conmigo.
También estaba el otro problema, Derek era un Beta, y Kali iba a matarlo.

– Debemos ponerte a salvo, ahora que cometiste la idiotez de cambiar tu estado a Beta tendremos que…

– ¿Idiotez? ¿Salvarte la vida es una idiotez?– preguntó Derek mientras levantaba mi cabeza con su dedo índice.– No me arrepiento de haberlo hecho, Anna.

– Y ahora te matarán a tí.– terminé de colocarme el pantalón.– Pero yo te salvaré, así igualamos condiciones.

– No me debes nada.

– Sí, y voy a pagarte.

Caminé por un pasillo hasta llegar a una cocina amplia. Había platos sobre la mesa y comida en ellos. Giré hacia el refrigerador y había una persona tarareando.

– Oh, al fin despiertan, estábamos aburridas.– Lila se dio vuelta.– ¡Hola tía Avyan!

Su estómago estaba muchísimo más grande que la última vez que la había visto.

– ¿Qué mierda te pasó?– pregunté, caminando a abrazarla.

– Deaton, el amigo de Scott, me explicó que los dragones tienen otros tiempos de gestación. Según él estoy de tres meses pero sería como… ocho meses humanos.– abrí mi boca grande, mientras dirigía mis manos al vientre de Lila.– No le vayas a prestar más atención a esa niña, ¿Okay?

– ¿Niña? ¿Ya están seguros de que es una niña?

– Sí, Astrid.

– Bien, detesto dejarte sola pero debo ayudar a Scott a salvar a mamá.– me despedí de Lila.

𝚂𝚌𝚊𝚛𝚕𝚎𝚝 𝙴𝚢𝚎𝚜.¹ || 𝙳𝚎𝚛𝚎𝚔 𝙷𝚊𝚕𝚎. || [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora