¿Qué es esto que siento?

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|| aclaraciones: Cuando Saiki habla desde su cabeza (como en el anime cuando explica algo, etc), estará en cursiva como en el primer párrafo.

Todo el arte que ocupe y ocupé, le pertenece a esta personita; hace muchísimos fanarts de esta parejita.

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Las relaciones interpersonales no me interesan en lo absoluto, aunque no mantener una conversación también llama la atención, por ende, puedes llegar a sobresalir; lo cual evito bajo cualquier circunstancia. Inevitablemente y por ello, siempre tengo que estar rodeado de estos idiotas, alguien diría "uno se acostumbra" pero en realidad siempre me sorprende cuán tontos pueden llegar a ser, a veces se superan.

En cualquier caso, podría decirse que estoy acostumbrado a sus presencias, así como cuando se suma aleatoriamente otra persona de la nada, al final de cuentas tengo qué.

Saiki miró de reojo a sus amigos, sabía perfectamente que estaban detrás de él; Kaido discutiendo sobre anime con Nendo. Y al lado de Kaido se encontraba Aren, quién parecía más tranquilo de lo habitual, aunque bueno, prácticamente era el que menos destacaba de idiotez entre los otros dos. En efecto, Saiki no estaba interesado en lo más mínimo sobre el repentino cambio de actitud de su compañero de cabellos morados, por ende, cuando llegaron hasta la casa de Saiki este como siempre, simplemente dió media vuelta dispuesto a entrar. Los otros se despidieron de él, todos menos uno.

—O-oye Saiki, ¿podría quedarme un momento? Es que necesito a alguien que sepa escuchar.

Por supuesto que, Saiki sabía que eso iba a pasar, Aren acudiendo a él por un consejo, pero como era algo tan mínimo tampoco es que pudiese evitarlo. Así que terminó por suspirar asintiendo con la cabeza para que el nombrado ingresara a su hogar. Sabía a la perfección que Kuboyasu acudiría a él aunque desconocía con exactitud porque él específicamente.

—Seguro te preguntarás porqué he venido a interrumpir tu paz.— "Leyó mis pensamientos." Pensó Saiki inmediatamente.— Bueno... Me siento un poco avergonzado pero tú eres quien más callado está siempre, además, lees mucho y no sé, creí que podías aconsejarme correctamente, eres alguien muy tranquilo y sereno.

El de cabellos rosados abrió ligeramente los ojos, un tanto sorprendido que el adverso lo describiera tan bien sin si quiera pensarlo demasiado; aunque claro, era lo que cualquiera diría de él.

— Mm, ¿qué sucede?— cuestionó, realmente desinteresado.

—Verás...—murmuró Kuboyasu, visualmente se mostraba nervioso e inclusive tomó asiento en la orilla de la cama ajena, a lo cual Saiki frunció el entrecejo pero no mencionó nada al respecto.— Esto es difícil...

—Solo dilo.
Sí, Saiki interrumpía sin consideración alguna.

Kuboyasu suspiró profundamente, agachando la cabeza en signo de disculpa.— ¡Perdón, Saiki! Sé que parezco un niño ridículo perdiendo el tiempo de esta manera.

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