La vuelta a casa está resultando un poco más amarga de lo que esperaba. No solo porque mi equipo se ha deshecho y no volveremos a trabajar juntos, sino porque Gibbs se ve muy abatido desde que ha pedido el traslado. Sé que ha hecho lo que debía, y también él lo sabe, pero le está resultando igualmente duro. He ido a verlo un par de veces, pero no fui capaz de animarlo. Y por si eso no fuera poco, solíamos juntarnos al menos una vez por semana cuando estamos en casa, pero han pasado ya diez días y ninguno ha hecho el amago de reunirnos. Podría llamarlos yo, pero algo me dice que encontrarán excusas para no acudir. Siento que me han estado evitando y no lo entiendo, pues creía que habíamos arreglado las cosas entre nosotros.
-¿Diga? -respondo de forma distraída, a la llamada entrante.
-¿Tan fácil te resulta olvidarte de tu familia? -mi hermana parece enfadada, pero sé que no es así, porque siempre monta el numerito cuando estoy en casa- ¿Hace cuánto que has vuelto? Y todavía no has venido a vernos.
-Pensaba ir este fin de semana -sabe de sobras que la primera semana prefiero estar sola. Es como un ritual, para habituarme a la vida civil de nuevo. En ocasiones, el regreso es difícil.
-Más te vale -ahora sé que está sonriendo, puedo notarlo en su voz.
-Tranquila, que no se me olvida que es el cumpleaños de Violet.
-Pensé que no estarías aquí -esa es su forma de preguntarme si fue todo bien.
-Hubo un pequeño percance con mi helicóptero y tuvimos que regresar -le explico vagamente.
-¿Estáis todos bien? -se preocupa.
-Ha habido algún herido, pero nada importante. No te preocupes, estamos todos en casa ya.
-¿Seguro que no ha habido problemas?
-Por supuesto -sonrío, aunque no pueda verme-. Además, tengo novedades interesantes, pero no quiero contártelas por teléfono, así que tendrás que esperar al sábado.
-Eres capaz de dejarme con la intriga otros dos días -me acusa.
-Sabes de sobra que sí -río. Qué bien me hace hablar con mi hermana. Debí haberla llamado antes, pero mi equipo ha acaparado todo mi tiempo. Y Doc también, para qué negarlo.
No sé qué tiene ese hombre, pero me ha dejado totalmente impresionada. Estoy deseando que regrese, para poder verlo de nuevo. Tiene ese toque de niño bueno, con su cabello dorado y sus ojos azules, que me encanta. Porque sí, los chicos malos llaman más la atención, pero al final, son los que te rompen antes el corazón, así que yo prefiero fijarme en los buenos. Y Doc reúne todos los requisitos que busco en un hombre.
Me encantaría hablar con mi hermana de él, pero todavía no es el momento. Estamos conociéndonos y, aunque tengo claro que lo quiero cerca de mí, prefiero mantenerlo en secreto hasta saber si él siente lo mismo. Es bastante reservado, tal vez por lo que dijo de que siempre era él quien tenía que escuchar a las mujeres. Cuando no te dan la oportunidad de hablar, al final acabas acostumbrándote a no hacerlo.
-Dame una pista, al menos -la petición de Bárbara me devuelve a la conversación.
-El sábado -le recuerdo.
-Eres muy cruel, Fawn. Si no pensabas decirme nada, haberte callado.
-Pobrecita, mi hermana mayor -río de nuevo-. Es algo relacionado con el trabajo, pero ya lo hablaremos.
-¿Vas a dejarlo? -sé que está deseando que le dé esa noticia, pero no es algo que entre en mis planes a corto plazo. Ni a largo, ahora que voy a probar suerte con los SEAL. También sé, que aunque no le vaya a gustar mi cambio, me apoyará. Siempre lo ha hecho, aunque pase miedo cada vez que salgo del país.
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Fawn (Saga SEAL 6)
ActionEl nuevo despliegue del equipo resulta demasiado tedioso para todos, pues pasan la mayor parte del tiempo inactivos. Sin embargo, el sargento Owen Harris, Doc para los amigos, no tiene tiempo para aburrirse porque debe atender a todos los soldados d...