Seis meses después
Cuando escucho mi nombre para subir a la palestra y recibir mi insignia, casi no me lo creo. Han sido seis meses muy duros, en los que pensé en renunciar varias veces. Cuando el agotamiento, tanto físico como mental, me superaba y solo quería quitarme el barro de encima y meterme en una cama para dormir una semana entera, la campana se me antojaba el paraíso. Pero entonces recordaba las palabras de Doc y me negaba a defraudarlo. Él confió en mí desde el primer momento y quería demostrarle que podía hacerlo. Y lo hice. Lo logré. Ya soy una SEAL.
Mientras camino hacia mis superiores para que me entreguen la insignia, no me permito mirar hacia el público, por más que esté deseando ver a Doc. Me da miedo no ver con él a mi familia, a pesar de que mi hermana me prometió, cuando nos despedimos por teléfono, que acudirían a la ceremonia a toda costa. Sé que ella cumplirá, pero no estoy tan segura con mi padre. Si no está entre la multitud que ha venido a ver a sus familiares, la pena empañaría un momento que he estado esperando desde hace mucho, así que decido ser egoísta y no compartirlo con nadie. Ya tendré tiempo de comprobar quién ha venido, cuando ya se haya terminado la ceremonia. Por ahora, estaré sola con mis compañeros, como ha sido en estos seis últimos meses.
Algunos de ellos, aquellos con los que he tenido que enfrentar algunos entrenamientos, ahora son más que eso, son amigos, familia. Nunca pensé que un sentimiento tan fuerte como el que he sentido con mi grupo en las fuerzas aéreas, a base de años juntos, podría surgir en tan poco tiempo aquí, pero como ha dicho Doc, lo que se pasa en estos seis meses es mucho más intenso que cualquier otra experiencia y las relaciones entre compañeros se forjan a otro nivel. Tenía razón, claro, como en muchas otras cosas.
Hasta este momento, no he pensado mucho en mi padre y en lo que me dijo la última vez que nos vimos. Los pocos momentos de descanso que tenía, los dedicaba a descansar o fortalecer lazos con mis compañeros. Me avergüenza un poco decir que ni siquiera Doc estuvo en mis pensamientos durante estos seis meses, más allá de aportarme el ánimo que necesitaba para continuar hasta el final en los momentos más críticos. Aunque sé que lo entenderá, si se lo cuento. Él pasó antes que yo por todo esto.
-Enhorabuena.
-Gracias, señor -me cuadro ante él mientras coloca la insignia en mi uniforme nuevo. Tardaré en acostumbrarme a los colores, pero me gustan. He sudado sangre para llegar hasta aquí y estoy orgullosa. Regreso a mi puesto, mientras le llega el turno al resto, y aunque se me antoja una ceremonia demasiado larga, pues estoy deseando reunirme con mi familia, mantengo la mirada al frente.
-He visto a mi mujer con la niña ya -me dice, disimuladamente Mutton, uno de los primeros amigos que hice durante las pruebas. Es un hombre enorme, de grandes músculos, pero con un tierno corazón en su interior.
-Estarás deseando ir con ellas -digo, conteniendo la sonrisa que amenaza con escapar. Puede que yo no tuviese ocasión de pensar en mi familia, pero Mutton solía hablar de ellas a todas horas. Este es un hombre enamorado, sin duda.
-A ver si terminan de una vez -su comentario, dicho con desesperación, casi consigue arrancarme una risa que mis superiores no agradecerían.
-Paciencia -le digo.
-He tenido seis meses de paciencia.
-Ya casi está -le dice Akerman, otro del grupo que formamos al inicio-. En breve podrás abrazarlas hasta que protesten.
Akerman y yo no empezamos con muy buen pie, porque a simple vista parece uno de esos soldados insoportables, que se creen superiores al resto. La primera vez que nos enfrentamos, lo convertimos en algo personal y hasta la semana infernal, no fuimos capaces de superar nuestras diferencias. Ahora me sigue molestando que de vez en cuando saque a relucir su prepotencia, pero como suele hacerlo con aquellos a quien no considera de su círculo, no me quejaré demasiado. Es muy bueno en lo que hace, así que no diré que no pueda presumirlo.
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Fawn (Saga SEAL 6)
ActionEl nuevo despliegue del equipo resulta demasiado tedioso para todos, pues pasan la mayor parte del tiempo inactivos. Sin embargo, el sargento Owen Harris, Doc para los amigos, no tiene tiempo para aburrirse porque debe atender a todos los soldados d...