Fawn (Saga SEAL 6)

Epílogo

-Felicidades, Joy -ella es quien nos abre la puerta, cuando llegamos, y la abrazo con cariño. Este es su dieciocho cumpleaños y ha vuelto de Finlandia para celebrarlo con la familia. Todavía le quedan un par de meses allí, pero no ha querido esperar tanto para vernos, así que nos hemos reunido una vez más todos en casa del jefe para nuestra habitual barbacoa familiar.

-Gracias, Owen -me sonríe, pero pronto mira detrás de mí, con curiosidad-. Tú debes de ser Fawn. Qué emoción conocer a otra mujer SEAL.

-Feliz cumpleaños -Fawn le entrega el regalo que le hemos comprado y Joy lo deja junto al resto, pues tiene la costumbre de abrirlos después de comer. Recuerdo que cuando era más pequeña le costaba aguantar tanto tiempo, pero decía que era una forma de ejercitar su paciencia. Ya desde entonces, se veía, a su manera, más madura de lo que debía para su edad.

-Pasad, la mayoría ya está en el jardín.

-Vaya -susurra Fawn, que todavía no había tenido ocasión de estar con todos al mismo tiempo-. Sois una gran familia.

-Somos -la corrijo-. Ahora formas parte de ella.

-Te amo -deja un beso en mis labios y enseguida somos separados por Fisher.

-Nada de comer delante de los hambrientos. 

-No es culpa mía que seas uno de los solteros, Fisher -río, sin molestarme por la interrupción.

-Solteros a mucha honra -dice Joy, que me ha escuchado. Según supimos, hace tres meses que rompió con Anton. No quiso decir por qué, pero Hank intuye que descubrió algo de él que no le gustó, porque de un día para otro, no quiso volver a hablar del asunto. A nosotros nos vale, porque creo que todos coincidimos en que no nos gustaba ese chico para ella. Demasiado estirado.

-Envidiosos, más bien -ríe Chris, que se frota el vientre mientras habla. Por fin, él y Archer han decidido ampliar la familia, a pesar de las dudas que tenía Chris al respecto.

-¿Cómo lo llevas? -le pregunto. Como médico, no puedo evitar hacerle un chequeo rápido con la mirada.

-Estoy bien, doctorcito -sonríe-, si no contamos con que hace semanas que no me veo los pies. Ya no digamos nada de otra parte de mi cuerpo. Es horrible no saber si estoy bien depilada o parezco un bosque a medio cortar.

-No necesitaba que fueses tan explícita -río. Si no tuviese un parecido increíble con Fisher, al ser mellizos, por la forma en que habla, se sabría que son hermanos igualmente.

-Tú has preguntado.

De repente, Tyler y Sarah pasan corriendo y riendo entre nosotros. El hijo de Simmons y Tara ya no es tan tímido como los primeros meses, y se lleva genial con su hermana. Es un niño muy activo y curioso, el orgullo de todos. Claro que para nosotros, los niños de esta familia, que crece más cada año, son únicos. 

-Con cuidado -les dice Chris, que parece haberse puesto en modo mamá-. Os vais a hacer daño.

-Ya hablas como una mamá -me burlo de ella-. No te acostumbres, me va más hablar como una Fisher.

Río por su comentario y después busco a Fawn, por si necesita ayuda, pero veo que se ha reunido con Harper y están hablando, mientras Cornell las escucha atentamente. A veces, tengo la sensación de que el joven del equipo siente algo por Harper, pero es tan reservado, que no podría asegurarlo.

-¿Cuándo te animas a ampliar la familia? -me pregunta DK, pasando un brazo por mis hombros.

-Perdona, pero vas tú antes.

-No antes de la boda -niega. Sé que Sam quiere ser madre pronto, pero han decidido casarse primero. La celebrarán en unos meses, cuando Joy regrese a casa definitivamente.