5.

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Narra Mateo

Eva me miró sorprendida, pero luego soltó una risita nerviosa.

Ataqué sus labios de nuevo en un beso lleno de pasión y amor. Extrañé demasiado tenerla en mis brazos y darle todo el amor que se merece.

La cargué en mis brazos hasta nuestro cuarto y la dejé con cuidado sobre la cama.

Me quité rápidamente la ropa y ella hizo lo mismo con la suya bajo mi atenta mirada.

Está tan hermosa como siempre y cada parte de su cuerpo es simplemente perfecta.

Me senté con cuidado encima de ella y fui directamente a su cuello. Le di varios besos húmedos hasta que encontré su punto débil.

- Ah Mateo no pareees. —gimió mientras le succionaba ese pequeño sitio.

Lo mordí un poco y ella puso sus manos en mi espalda apretándola fuerte.

Agarré sus tetas y empecé a chuparle los pezones mientras ella acariciaba mi cabello.

Dejé un camino de besos por todo su abdomen hasta llegar a su feminidad. Abrí sus piernas y ella puso sus manos en mi cabeza invitándome a más.

Le di besos a sus labios y pasé mi lengua desde abajo hasta arriba varias veces.

Ella gimió al sentir como mi lengua jugaba con su clítoris, torturándolo sin piedad.

Seguí comiéndole la concha y decidí introducir también dos dedos dentro de ella.

Estaba muy mojada así que entraron fácilmente. Empecé a moverlos mientras seguía succionando su clítoris y ella soltó un grito de placer cuando sus piernas empezaron a temblar.

- Te quiero tanto. —le dije mientras dejaba besos sobre su feminidad.

- Yo también bebé. —me susurró.

Se levantó con cuidado y ahora ella se puso encima de mí. Me encanta cuando ella quere ser la que me domina.

Puso sus manos alrededor de mi cara y pasó su lengua por mi labio inferior. Lo absorbió con su boca y lo mordió, logrando que soltara un jadeo.

Me dio besos por toda la cara hasta que llegó a mi cuello. Lo succionó y lo mordió fuerte, como solamente ella sabía hacerlo.

Dejó algunos besos en mi pecho y fue bajando hasta llegar a mi miembro erecto.

Lo tomó con firmeza en su mano y dejó caer su saliva encima de él lentamente mientras me miraba a los ojos volviéndome completamente loco.

Pasó su lengua por toda su longitud sin cortar el contacto visual y succionó mis testículos mientras que con la mano acariciaba la punta.

- Eva por favor, no aguanto más.

Ella asintió satisfecha y se la metió en la boca. Empezó a chuparla y recogí su pelo con mi mano para que no la estorbara.

Se la metió hasta el fondo ahogándose con ella varias veces y luego se la sacó por falta de aire.

Se la metió de nuevo y empecé a moverme dentro de su boca para facilitarle el trabajo.

- Me vas a volver loco.

- Más rápido. —me dijo al sacársela de la boca.

Al escuchar eso aumenté aún más el ritmo, pero sentí que me iba a correr y decidí parar antes de hacerlo.

Se la saqué de la boca y me levanté un poco para darle un beso en la frente.

- Sos la mejor. —le susurré cerca del oído.

- Lo sé. —me sacó la lengua.

- ¿Con o sin forro mi vida?

- Sin forro. —me dijo después de pensárselo por unos segundos.

Perfecto.

Se acostó de nuevo y le abrí las piernas. Posicioné la punta en su entrada y entré lentamente.

Eva puso sus piernas en mis hombros y yo mi mano alrededor de su cuello apretándolo.

Empecé a penetrarla despacio para que se pudiera acostumbrar a mi tamaño.

Cuando vi que ya estaba lista aumenté el ritmo de mis embestidas y apreté aún más su cuello.

- ¿Cómo se siente Eva? —le pregunté mirándola a los ojos.

- I-Increible —me dijo mientras seguía gimiendo.

Llevé mi mano a su vagina y empecé a masturbarla mientras seguía penetrándola.

Ella me dio besos en el cuello y sentí como sus paredes se estrechaban alrededor de mi pija.

Lo mordió fuerte al correrse y soltó un grito de placer que era como música para mis oídos.

Seguí penetrándola y le di un beso lento. Nuestras lenguas empezaron una guerra entre ellas y sentí que estaba a punto de correrme así que salí rápidamente de ella.

Le di la mano para que se levantara e hice lo mismo. Se puso de rodillas enfrente de mí y abrió la boca.

Empezó a masturbarse y se la metí en la boca de nuevo. Me encantaba escuchar sus gemidos mientras se la metía y se la sacaba.

- Me voy a corr...

Puso los ojos en blanco siguió masturbándose en frente de mí.

Abrió la boca e hice lo mismo. A los pocos segundos mi semen salió disparado por toda su cara, llenándole la boca a la vez.

Abrió los ojos y me miró mientras seguía con mi semen en la boca. Se lo tragó y me chupó la punta un poco más.

Le di una mano para que se levantara y agarré mi remera para limpiarle la cara con ella.

Le di un beso en la frente y nos acostamos en la cama. Ella puso su cabeza en mi pecho y yo empecé a jugar con su cabello.

- Te extrañé mucho Eva.

- Lo sé, pero ahora estaremos juntos y no nos volveremos a separar nunca.

- ¿Me lo prometes?

- Te lo prometo bobo. —me dijo sonriente y se levantó para ponerse encima de mí.

- ¿Segunda ronda?

- ¿No aguantas otra o qué? —me dijo divertida.

- Te vas a arrepentir por esto. —le dije mientras me acercaba a ella para besarla y ella soltó una risita.

- Te amo Mateo.

El momento fue interrumpido porque mi teléfono sonó. Decidí ignorarlo, nada era más importante que nosotros dos en éste momento.

- Mira a ver quien es, igual es importante. —dijo Eva al ver que no paraba de sonar.

Lo agarré sin ganas y me quedé helado al ver quien era.

Eva también lo vio y me miró con ganas de matarme.

¿En serio no encontró otro momento para llamarme?











Espero sus teorías sobre quien es esa persona.

𝐄𝐯𝐚 𝐈𝐕; 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora