10.

788 38 68
                                    

Narra Matías (porque tiene un rabo descomunal)

- ¿Cómo se siente bebé? —me preguntó la rubia mientras su hermana gemela seguía chupándome la pija.

- Cállate y sigue con lo que estabas haciendo. —le dije cortante.

Después de todo lo que había pasado con Eva me había ido a Italia para pasar unas vacaciones ahí.

Volví a mi vida de antes, donde hacía lo que me daba la gana sin tener que darle explicaciones a nadie.

Conocí también a Sonia, una rubia que se unió a nuestro equipo con su padre que es muy reconocido en éste mundo del narcotráfico.

Por ahora solamente nos estamos conociendo, aunque no quiero nada serio con ninguna mina.

Borré a Eva de mi mente y decidí no volver a pensar en ella. Para eso ocupo mi tiempo con distintas actividades como coger o ir a la playa para disfrutar del sonido de las olas del mar.

Me meto merca a todas horas y reconozco que se me ha ido un poco de las manos, pero necesito mantener mi mente despejada.

Eva no volvió a buscarme y yo a ella tampoco. Solo el tiempo me ayudará a olvidarla por completo.

Agarré a las dos pibas por el cabello con firmeza para que aumentaran el ritmo y en ese momento mi teléfono empezó a sonar.

Obviamente lo ignoré por completo, necesitaba acabar con lo que había empezado.

- Más rápido. —les dije a las dos.

Aumentaron el ritmo y finalmente me corrí en sus caras.

Agarré mi teléfono y mi cara cambió por completo al ver que la persona que me había llamado era nada más y nada menos que Eva.

Sabía que ella no me llamaría por cualquier tontería, así que marqué su número para ver lo que le había pasado.

- Hola, ¿pasó algo? —pregunté un poco preocupado.

- M-Matías...

- ¿Estás llorando? ¿Qué pasó Eva?

Puedo estar enfadado con ella, pero no podría verla sufrir sin hacer nada.

- Los niños han desaparecido. —me dijo con la voz entrecortada.

¿Qué?

La primer persona que se me vino a la mente fue Martina obviamente, solo ella podría hacer algo así.

- La voy a matar como sea ella.

- Matías escúchame por favor. Prométeme que no harás ninguna locura antes de pensar.

- Te lo prometo. —le dije después de pensarlo por unos segundos.

- Necesito tu ayuda, te lo ruego. —me dijo desesperada.

- No te preocupes mi vi...Eva, todo va a estar bien. Ahora mismo voy a mandar a mis hombres y te prometo que los vamos a encontrar.

- Gracias Matías, no sé que haría sin vos.

Yo tampoco Eva, yo tampoco.

Llamé a Robledo y le pregunté por algunos detalles para saber mejor lo que había pasado.

Le colgué y llamé a mi hombre de confianza rápidamente.

- Buenas tardes patrón. ¿Pa' que soy bueno?

- Ponlo en altavoz y llama a los otros pibes.

- Ahora mismo. — hizo una pausa — Ya estamos todos aquí jefe.

- Los hijos de Eva desaparecieron ésta mañana en el cine "Cinema Hoyts". Dos hombres se los llevaron. Necesito que los encuentre lo antes posible.

- Dicho y hecho jefe. —me dijo él al toque.

- No he terminado. Al primero que los encuentre lo voy a dejar que se vea con su familia.

Todos empezaron a gritar de alegría, ya que una vez que entras en éste mundo tenés que romper cualquier tipo de relación con tus familiares y amigos.

Colgué y llamé a Martina. Necesitaba saber cuando iba a volver, pero no quería que sospechara nada.

- Hola. —le dije lo más calmado posible.

- Hola bebecito, ¿se te perdió algo? —soltó una risita.

Yo no perdí nada, pero vos sí que podrías perder la vida estúpida.

- Necesito saber cuando vas a volver.

- ¿Ah sí? ¿Para qué?

- Tengo que hacer una vuelta con vos.

- Bueno, en unas dos horas estaré ahí, en diez minutos empieza el vuelo.

- Perfecto, te espero en mi casa. —le corté.

Estoy seguro de que ella tuvo algo que ver con esto, aunque no sea directamente, podría haberle dado la información a alguien para que lo hiciera.

(...)

- Siéntate linda. —intenté fingir una sonrisa y ella me la devolvió.

- ¿Por qué tan amable hoy Matías? —me preguntó un poco dudosa.

- ¿Es que no puedo ser amable con mi ex esposa?

- Algo te pasa. —me dijo mirándome fijamente.

- Varias cosas me pasan, pero no te llamé para hablar sobre mi vida. —le sonreí maliciosamente.

- ¿Por qué no? Si tanto me extrañaste...

Pelotuda.

- Bueno, ¿cómo has estado últimamente? —le pregunté acercándome cada vez más a ella.

- Bien, trabajando papi.

- ¿Querés que te sirva un trago? —le pregunté al abrir la botella de whisky.

- Sí. — se lo di — Gracias.

- ¿Cómo están las cosas por Buenos Aires?

Quería ver si ella me dirá lo que le pasó a Eva. Si lo hace no tengo porque preocuparme, pero si no lo hace seguramente es porque esconde algo.

- Todo bien, aún estamos pensando en si se quieren venir todos acá. Ya sabes como están las cosas en Argentina.

- No me refería a eso y lo sabes muy bien perra.

La agarré del escote tirándola fuerte.

- No sé a que te referís Matías, suéltame.

- No te voy a soltar hasta que no me digas donde están los niños de Eva.

- Pues entonces nos quedaremos aquí toda la noche. —me dijo sonriente.

- Sé muy bien que lo sabes. Tenes quince segundos para decírmelo. —la agarré fuerte del cuello.

- N-No l-lo sé. —me dijo con la voz entrecortada.

Su cara se había puesto morada así que decidí soltarla porque si la mataba no lograría nada ahora mismo.

Ella se levantó para irse y yo la seguí agarrándola del brazo y dándole la vuelta.

Sacó su revólver apuntándome a la cara, como ya me lo esperaba, y yo hice lo mismo con el mío.

- Uno de los dos no saldrá vivo de aquí. —le dije sonriente.

La tensión que hay en el aire en éste momento se podría cortar con un cuchillo.

- Yo no soy nueva en esto Matías.

- Yo tampoco Martina.


















Holiis 🦄

𝐄𝐯𝐚 𝐈𝐕; 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora