22.

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Narra Mateo

¿Matías estará ahí? ¿Eso es a lo que se refería? No, ella no puede estar con él.

Me siento como la peor persona del mundo. Aunque estaba inconsciente, debí parar a Mar cuando las cosas empezaron a salirse de control.

¿Acaso siento algo por ella? ¿O es que no amo a Eva tanto como pensaba?

Sí que la amo, solamente es que no puedo controlar mis impulsos y la cago siempre como un pelotudo.

Su reacción fue mucho peor de lo que esperaba, como si ella supiera con antelación que esto iba a pasar.

Me duele saber que he vuelto a fallarle, ella no se merece esto.

Me imagino que ahora mismo estará con Matías o con cualquier otro pibe cogiendo y desquitando la rabia que debe sentir.

Y lo peor de todo es que no puedo reclamarle nada porque me lo merezco.

Me levanté del sofá y me fui a la ducha, necesito quitarme éste olor a escabio de encima.

Me cepillé los dietes y me vestí para ir a la casa de mi viejo, necesito hablar con él.

Al llegar me abrió tan contento como siempre, pero al ver mi cara se le borró la sonrisa.

- ¿Qué hiciste? —me preguntó serio.

- La cagué fuerte viejo.

- ¿Fue con ella, no? Por eso se fue ésta mañana.

- ¿Se fue? No me dijo nada.

- Contéstame. ¿Qué pasó anoche? Porque ella se fue y volvió a las cuatro de la mañana.

- Hemos tomado más de la cuenta y...

- Yo lo sabía Mateo y te lo dije, pero nunca me haces caso. ¿Te la cogiste, no? —me preguntó de brazos cruzados.

Asentí finalmente y el negó varias veces con la cabeza.

- No me lo puedo creer, ¿tan pelotudo me saliste?

- Lo sé viejo, soy una mierda.

- ¿Cómo pudiste hacerle eso a Eva? Ella te perdonó y la volviste a cagar de nuevo.

- Estaba muy borracho y no...

- No me pongas esas escusas baratas y sé un hombre por una vez en tu vida. — asentí a punto de llorar, pero él siguió retándome — Si yo fuera Eva, no te lo perdonaría sinceramente.

- ¿Qué hiciste papi? —escuché la voz de Elisa.

- Nada mi amor, cosas de adultos. —le dije para que no pusiera más preguntas.

- ¿Otra vez le hiciste daño a mamá? —preguntó Mati mirándome mal — No me lo puedo creer.

- No, papá no haría algo así. ¿No pa'?

Me quedé en silencio, no me gusta mentirle a mis hijos.

- Sí lo hizo Elisa, es malo. —dijo Mati a punto de llorar.

- Vayanse a su cuarto por favor. —dijo mi viejo y me miró mal.

- No, yo quiero irme donde está mamá. —dijo Mati y Elisa asintió.

- Vuestra madre volverá pronto, ahora está trabajando.

- Sos muy malo, no te mereces a alguien como ella. —me dijo Mati mientras se limpiaba las lágrimas.

- Vamos Mati. —le dijo su hermana agarrándolo del brazo.

Cuando se fueron miré a mi viejo y vi que estaba igual de decepcionado que ellos dos.

𝐄𝐯𝐚 𝐈𝐕; 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora