Narra Mateo
Mis hijos no querían hablar conmigo, así que regresé a mi casa, a nuestra casa.
Supongo que desde ahora ya no le puedo decir 'nuestra' aunque me duela.
Abrí una botella de whisky y empecé a tomar sin parar. Ya llevaba como cinco copas y un paquete de tabaco en menos de una hora.
Escuché el timbre, pero decidí ignorarlo. No tenía ganas de hablar con nadie.
El ruido paró después de unos minutos, pero luego escuché como alguien golpeaba la ventana que daba al balcón.
- ¡Ábreme pelotudo! —gritó Cami llamando la atención de toda la gente probablemente.
- Hablamos mañana, hoy no quiero.
- ¡Si no me abres la rompo, me da igual! —gritó indignado.
Decidí levantarme finalmente y abrirle. Al verme noté que estaba muy enfadado...y con razón.
- ¿Qué hiciste imbécil? Te dije que no la cagaras.
- Lo sé, pero supongo que solo para eso sirvo. —le dije mientras me servía otra copa — ¿Queres? —le dije tendiéndole un trago.
- No quiero nada gil. ¿Cómo pudiste hacerlo de nuevo?
- Soy un pelotudo, esa es la razón. ¿Ahora podes irte?
- No, no puedo. Deberías darme las gracias por convencer a Lola de que se quedara en casa.
- ¿Quiere matarme?
- Quiere cortarte el cuerpo en pedazos. —me sonrió burlándose.
- Me lo merezco, no me quejo.
- ¿Y ahora que pensas hacer?
- Hablar con ella cuando vuelva, no tengo otra cosa que hacer.
- ¿Y con eso qué vas a solucionar Mateo? ¿Querés que te perdone para volver a cagarla de nuevo?
- No, ésta vez va a ser diferente Camilo.
- No, no lo va a ser. —negó con la cabeza.
- Yo no puedo vivir sin ella, la amo. —le dije mirándolo a los ojos para que supiera que no miento.
- Eso no es suficiente Mateo.
- ¿Entonces qué puedo hacer boludo? —le dije a punto de llorar de nuevo.
- Dejarla ir. Ustedes dos se hacen daño mutuamente, así que esto no va a acabar bien.
- Yo no puedo hacer eso, entiéndeme.
- Lo sé, pero sos demasiado tóxico y no haces más que hacerle daño. Si la quieres dejála ser feliz.
- ¿Con otro? No podría.
- Necesitan estar separados por un tiempo. Quizás ahora mismo no están listos para estar juntos. Quizás cuando pase más tiempo las cosas mejorarán.
- ¿Y si no vuelve? —le pregunté mientras me limpiaba las lágrimas.
- Lo que tiene que pasar pasará, no consigues nada con forzar las cosas.
Narra Eva
Salimos corriendo bajo la atenta mirada de toda la gente. Sonia miraba la escena en estado de shock y aún no entendía muy bien porque.
No es la primera vez que Matías mata a alguien ni mucho menos va a ser la última.
Aunque suene cruel, ya no me afectan tanto éstas cosas después de cuarto años que llevo trabajando en esto.