21.

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Narra Eva

- ¿En serio estás bien? —me preguntó Matías de nuevo.

- Sí, no es nada. —le dije para que dejara de preguntarme y me limpié las lágrimas al instante.

- Bueno, quería decirte que no quedan otros cuartos libres en éste hotel por lo visto, así que me iré a otro.

- No hace falta, quédate aquí si quieres.

- ¿Estás segura? Me voy si te molesta mi presencia.

- No me molesta tonto. —negué con la cabeza.

Matías asintió y finalmente dejó sus maletas al lado del sofá. Lo miré confundida y él simplemente se dedicó a sacar algunas prendas de una maleta.

- Voy a dormir en el sofá, no te preocupes. —me dijo igual de frío.

- Como quieras.

Asintió y se fue al baño. A los pocos minutos escuché el sonido del agua, así que probablemente se estaba bañando.

No me lo puedo creer aún. Me duele mucho, pero menos que la vez pasada. Es como si me lo hubiera esperado de alguna manera.

No sé que carajo estoy haciendo mal, pero por lo visto a Mateo no le importan mis sentimientos en absoluto.

Además no ponía quien era la mina esa, aunque supongo que Mar porque ya me lo había dicho hace unas semanas.

No sé como pude confiar en él, pensé que había cambiado pero por lo visto mi madre tenía razón.

Tenía ganas de llamarlo y decirle la mierda de persona que es, pero no resolvería absolutamente nada con eso.

Pensé que ésta vez si que iba a funcionar, pero no fue así.

Mis lágrimas no paraban de salir aunque me las limpiaba constantemente y para el colmo necesitaba ir al baño porque me estaba meando.

Me levanté de la cama y toqué a la puerta del baño.

- ¿Qué? —dijo Matías.

- Quiero mear boludo, ¿te falta mucho?

- Entra entonces. —soltó una risita.

- Tarado.

- Dale Eva que estoy en la bañera y no se me ve nada.

No quería entrar, pero necesitaba hacerlo así que abrí la puerta e intenté mirar a otro lado, aunque mi vista se fue directamente a Matías.

- No mires

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- No mires. —le dije seria.

- Bueno. —soltó una risita y se dio la vuelta.

- Ya acabé. —le dije después de estar en silencio absoluto.

Matías se dio la vuelta y finalmente nos miramos por un rato más largo. Me senté en el inodoro y le sonreí triste.

Al instante recordé de nuevo todo lo que había pasado y todo lo que él había hecho por mí.

Empecé a llorar de nuevo por lo imbécil que fui y él me miró serio.

- Decime que pasó Eva.

- Nada.

- No me podes decir 'nada' y luego llorar como una niña pequeña.

Asentí y saqué mi teléfono. Hasta vergüenza me daba decirle que me han hecho cornuda de nuevo.

Él miró la pantalla por unos segundos y luego me miró a los ojos.

- Sabías que esto volvería a pasar, así que deja de llorar.

- Tampoco tenés que ser tan cortante pelotudo.

Le enseñé el dedo del medio, me levanté y me fui dando un portazo.

Me puse el pijama y me acosté en la cama. Matías tenía razón, pero me habían dolido sus palabras.

Cerré los ojos e intenté dormirme, pero escuché como la puerta del baño se abría.

Matías se iba acercando a mí lentamente, hasta que sentí como se sentaba a mi lado.

- Te ves hermosa durmiendo.

Noté como acariciaba mi mano con la suya, pero decidí seguir fingiendo que estaba durmiendo.

- Lo siento por tratarte así mi vida, pero me duele saber que lloras por un pelotudo que no te merece.

Narra Mateo

Me desperté por la mañana con un dolor de cabeza terrible. Me había quedado dormido en el sofá.

Miré por todos lados, pero Mar no estaba. Al instante recordé que la había cagado, pero no me acuerdo exactamente cuanto.

Agarré mi teléfono y llamé a Mar. Después de unos diez intentos me contestó finalmente.

- ¿Qué pasa? —me dijo medio dormida.

- ¿Qué pasó anoche?

- ¿Como que qué pasó? —soltó una risita.

- Pues eso, no lo recuerdo exactamente.

- Cogimos Mateo, eso fue lo que pasó. ¿No te acuerdas de lo que pasó en el balcón?

Lo pensé por unos segundos y finalmente se me vinieron a la mente unas imágenes de la noche anterior.

Y sí, efectivamente habíamos cogido.

- Tranquilo, no le diré nada a Eva. A no ser que vos se lo quieras decir.

- Obviamente se lo voy a decir, no puedo ocultarle algo así.

- Como quieras, me voy a dormir de nuevo. —me colgó.

Llamé a Eva varias veces y finalmente me contestó.

- Hola amor. —le dije mientras mi corazón se aceleraba.

- ¿Amor? No me hagas reír. —me dijo soltando una risita burlona.

- ¿P-Por qué decís esto?

- ¿Dónde has estado todo el día ayer? —me preguntó seria.

- Mar llegó a nuestra casa después de que te fueras y como estaba casi llorando la dejé pasar.

- Continúa.

- Y pasamos la tarde acá, sin hacer nada malo. Pero por la noche nos tomamos unas copas...

- ¿Y qué pasó?

- Y la cagué un poco. —le dije mientras notaba como mis ojos empezaban a quemarme.

- ¿Qué hicieron Mateo? Dímelo, no seas cagón.

- Nos acostamos, eso fue lo que pasó. Pero estaba casi inconsciente, te lo juro. Había tomado demasiado y no pude controlar lo que estaba haciendo.

- ¿En serio esa es la única escusa que se te ocurrió? — me dijo sarcásticamente — Me dan asco, la otra y vos.

- Te juro que no quise que eso pasara Eva, ella no significa nada para mí.

Se quedó en silencio por unos segundos que se me hicieron infinitos y finalmente decidí hablar para romper el hielo.

- Te amo Eva, perdóname por ser un pelotudo.

- Lo entiendo Mateo, pero entonces espero que puedas perdonarme por todo lo que voy a hacer estos días.






















Holis amores de mi life.

𝐄𝐯𝐚 𝐈𝐕; 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora