12.

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Narra Eva

Después de decirle eso no me dijo nada más y simplemente me colgó. No sé porque lo dije, pero eso es lo que sentí y no me arrepiento.

Y sí, soy una hija de puta por hacer esto después de todo lo que pasó, pero a pesar de todo Matías sigue siendo importante para mí.

- ¿Cómo qué "Ni te imaginas cuanto te quiero", Eva?

- Ay Mateo, ¿en serio te vas a poner celoso? — le dije mirándolo mal — Al menos escúchame antes.

- ¿Qué pasó? —me preguntó con cara de orto.

- Matías me dijo que ésta noche vamos a tener a nuestros hijos de vuelta. —le dije emocionada.

- ¿En serio? —me preguntó asombrado.

- Sí. —le dije a punto de llorar y me acerqué para abrazarlo.

- ¿Pero cómo los encontró? ¿No te dijo nada?

- No, ¿pero qué más da? Ya sabes como es Matías...

- ¿Y si fue él Eva? Es imposible que los haya encontrado tan rápido.

- ¿Cómo? No me puedo creer que digas esto. —le dije a punto de pegarle.

- Es que es muy raro, ¿por qué no pensas un poquito?

- No sé como los habrá encontrado, pero estoy segura de que él nunca haría nada para hacerme daño.

- ¿Por qué no? Después de todo lo que pasó probablemente quiere vengarse.

- Mira, no quiero discutir con vos porque decís puras estupideces. —le dije y me di la vuelta para irme a mi cuarto.

Me acosté en la cama y empecé a llorar.

No, Matías no sería capaz de hacer algo así.

Y aunque lo hiciera, ¿por qué me los daría de vuelta sin nada a cambio? No tendría sentido.

Además me parece muy inmaduro por parte de Mateo que piense éstas cosas.

Narra Matías

- Ya los hemos encontrado señor ¡Suéltame imbécil! —se escuchó de fondo.

- Perfecto. ¿Están bien? —pregunté preocupado.

- Sí, no parece que ésta perra les haya hecho nada malo.

- Ahora quiero que los llevé a la casa de Eva lo antes posible.

- Sí señor. ¿Pero qué hacemos con ésta mujer? Está loca.

- No la maten, no sé que es lo que quiere Eva, así que es mejor esperar. Eso sí, enséñale a portarse bien Felipe. —le dije y él se rió.

- Como usted ordene jefe. Cuando los niños lleguen a su casa lo llamamos.

- Gracias por todo, sabía que podía confiar en vos.

- Con mucho gusto patrón. —le colgué.

Me acosté en el sofá y puse música para relajarme.

"Ni te imaginas cuanto te quiero Matías".

No puedo sacar ésta maldita frase de mi mente. Aún no entiendo porque no fui lo suficientemente bueno para que ella no se fuera.

A lo mejor esto es lo que tenía que pasar. Ella ama a otro y yo mataría por ella.

Narra Mateo

Después de pensar en lo que le había dicho a Eva me doy cuenta de que la he cagado.

Puede que Matías me caiga mal, pero eso no quita el hecho de que él quiera a nuestros hijos como si fueran suyos.

Toqué a la puerta de nuestro cuarto y finalmente Eva me dijo que pasara.

- Lo siento por haber sido un pelotudo. —le dije al ver que había llorado. —Debí haber pensado mejor las cosas antes de hablar.

- No pasa nada tonto. Yo también he exagerado demasiado, pero me molestó que me dijeras eso.

- Lo sé y lo entiendo.

Me acerqué a ella y le di un beso en la frente. Me acosté a su lado y puse mi cabeza en su pecho.

De repente alguien tocó el timbre y nos levantamos los dos a la vez.

- ¿Serán ellos? —me preguntó Eva casi gritando.

- Eso espero mi vida.

Salimos corriendo hasta llegar a la puerta y abrirla sin siquiera mirar quien era.

- ¡Papá! —gritó Mati al verme y saltó en mis brazos.

Elisa se fue corriendo a los brazos de Eva y empezó a llorar.

- Hola señor. Nosotros nos retiramos a no ser que tenga algo más que decirnos. —dijo uno de los hombre que habían acompañado a nuestros hijos.

- ¿Qué pasó? —preguntó Eva.

- No podemos decir nada más por órdenes de nuestro jefe.

- Lo entiendo. Decile a Matías que estamos muy agradecidos por todo. —dijo Eva y el pibe asintió.

- ¡Qué tengan buenas noches!

- ¡Buenas noches! —dijimos los dos a la vez.

Nos fuimos los cuatro al cuarto de los niños y nos sentamos en la cama.

- ¿Cómo están? ¿Están bien? ¿Qué pasó? —pregunté al ver que los dos habían llorado y tenían los ojos rojos.

- No nos vuelvas a dejar jamás con esa mujer pa', está loca. —dijo Elisa limpiándose las lágrimas.

- ¿Qué mujer? —preguntó Eva.

- No lo sé mamá, solo sé que no paraba de decir que Elisa era su hija y que me odiaba por ser tu hijo. —dijo Mati. —Me quería matar.

- Nicole. —dijimos ella y yo a la vez.

- Vos sos mi única mamá. —dijo Elisa abrazando a Eva.

Nos abrazamos de nuevo los cuatro. Definitivamente después de todo esto voy a pagar unos guardaespaldas, no puedo seguir poniendo nuestra vida y la de los niños en peligro.

- Prométeme que nunca nos vamos a separar de nuevo papá. —dijo Mati.

- Te lo prometo, nunca más volverá a pasar.

Miré a Eva y vi que por fin una sonrisa había aparecido en su cara.

- Mañana mismo nos vamos de viaje, necesitamos descansar un poco después de todo.














Qué asco de capítulo, cada día escribo peor já. :)

𝐄𝐯𝐚 𝐈𝐕; 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora