Capítulo XXI

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Samantha se encontraba en el instituto, dirigiéndose a ver a los mundanos.

Los encontró en la habitación de Clara, así que entró. Platicaban en voz baja, como si tuviesen miedo de ser escuchados.

- De qué hablan?- la cazadora les mostró una sonrisa para que no notasen lo preocupada que estaba.

Se callaron al instante y la miraron sorprendidos.

- De nada...- dijeron al unísono.

La muchacha contuvo una carcajada, le recordaban a cuando ella y Bianca eran pequeñas y planeban travesuras en secreto.

- Está bien, qué estuvieron haciendo mientras no estábamos?- decidió cambiar de tema, ya que, si continuaba preguntando, sabía que seguirán tratando de ocultar el tema.

- Prácticamente, nada- respondió Liam-. Jugamos juegos de mesa, comimos y nada más.

- Debieron aburrirse, perdón- se disculpó Sam.

- No hay problema- se apresuró a responder la sorda-. Pudieron obtener algo?- la mirada de la joven nephilim se ensombreció.

- No realmente, sólo que pudieron escapar de lo que sea que los haya secuestrado y que están perdidos- dijo triste.

- Lo siento...- dijo Clara y Sam la miró.

- No tienes por qué disculparte, no fue tu culpa- la tranquilizó con una sonrisa.

- Si hay algo en lo que podamos ayudar, nos dices- agregó el muchacho.

- No es nece- la otra chica la miró extrañada y el otro joven levantó una ceja ante su repentino paro-. Tengo que irme- dijo sin más.



Unos instantes previos...
Bianca despertó y se encontró viendo el techo de la cabaña Artemisa. Se sentó rápidamente y un mareo la golpeó, casi al instante Chris estaba a su lado.

- Estás bien?- le preguntó dándole un vaso de agua.

La joven bebió un poco y miró a su hermano.

- Sí, pasó algo en especial?- recuerda estar hablando con Percy hasta que se desmayó por una gran noticia, pero no recuerda de qué era.

- Oh, no, para nada- Bian tuvo la sospecha de que estaba siendo sarcástico-. Sólo el hecho de que estamos en Long Island, Quirón nos lo ocultó y que casi comienzo un duelo contra ese centauro y el director del campamento, nada realmente. Recuéstate, estás muy pálida.

Casi se le cae el vaso de la impresión. Su hermano, luchando contra Quirón?

- Me estás jodiendo?- lo miró a los ojos, así supo que él no mentía-. Por el ángel Chris, estás loco.

La rubia apoyó su cabeza en sus manos, el mayor estaba loco, qué le pasó por la cabeza?

- No estoy loco, sólo estaba enojado- la menor lo miró a los ojos y pudo notar que lo que lo llevó a hacer eso no fue enojo, si no furia. La cual todavía no se iba de su mirada-. Le dijimos a Quirón que vivíamos en Nueva York, pudo habernoslo dicho en ese instante y nos hubiésemos largado, pero, según él, no estaba seguro que fuésemos de confianza.

- Tiene razón- Christopher la miró como si hubiese dicho que la tierra era plana-. Somos extraños, Chris, es normal que se haya puesto a la defensiva. Su deber es cuidar a todos los semidioses de este campamento, no sé si lo notaste, pero no es una tarea muy simple- ahora ella parecía enfadada con sus manos en su cadera.

- No lo pensé así...

- Claramente no lo hiciste, la furia y el orgullo te nubló el juicio- Bianca lo miró de arriba a abajo y el pelirrojo lo único que pudo hacer fue bajar la mirada-. Le diré a Sam dónde estamos, pero no creas que te salvaste.

~Sam~ la llamó y pudo notar lo sorprendida que la mencionada estaba.

~Bian, por el ángel, en serio eres tú?~ parecía preocupada.

~Quién más te va a estar hablando mentalmente? Claro que soy yo~ desgraciadamente, Bianca era Bianca.

~Gracias al ángel, dónde estás?~ el trato cortante de la pequeña Herondale ya era un hábito.

~En Long Island, no sé muy bien dónde~ le respondió.

~Está bien, no sé muevan ya vamos para allá~ la rubia pudo escuchar que su parabatai decía "tengo que irme", antes de que la comunicación terminara.

- Qué te dijo?- cuestionó Chris.

- Que ya vienen para acá.





Sebastian se encontraba en al biblioteca con Jessica y Rafael. Ellos sólo buscaban un lugar alejado de sus padres por un rato y luego saldrían a buscar a sus hermanos.

La preocupación de Jessie era muy evidente y Rafe lo que intentaba en esos momentos es relajarla y buscar que se enfoque en otra cosa.

El único rubio en la habitación se dirigió a la zona de novelas, tal vez leer algo que sí hermana menor agregó podría tranquilizarlo. Eligió "Noches blancas' una colaboración entre autores, en el cual se destacaba John Green( según Bianca un escritor mundano muy conocido). Era una de sus novelas favoritas, así que no se cansaba de releerla, es especial la parte que fue escrita por el autor antes mencionado. Así que se puso a leer.

Justo en ese momento los demás entraban en la habitación, sus padres le dijeron algo a la pelirroja y a su primo. Luego, Ford lo miró y le hizo una seña para que se acercara, lo cual hizo.

- Qué sucede?- le preguntó confundido a su parabatai.

- Bianca se comunicó con mi hermana, dice que están en Long Island- dijo Stanford mirándolo a los ojos.

Seb se tuvo que anotar mentalmente que su compañero podía ser intimidante si lo quería.

- Dijo algo más?- en realidad la pregunta debería ser interpretada de la siguiente manera: Debo ir armado?

- No, Sam dijo que no la escuchó preocupada ni asustada, es más... Relajada- Ford había interpretado perfectamente su pregunta.

- Entonces? Qué estamos esperando? Vamos por ellos!- dijo entusiasmado dirigiéndose a la puerta.

- Tranquilo campeón- lo detuvo su padre-. Estamos esperando a que Magnus y Max se repongan, en cuanto estén listos saldremos.

- Bien, voy a la sala de armas- informó el rubio menor antes de salir de la habitación.

Apenas salió, pudo ver que Ford lo seguía.

- Te acompaño, creo que dejé mi arco y flechas allí- Sebastian largó una carcajada, su amigo podía ser amenazante, pero siempre sería un despistado.


Continuará...

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