Capítulo 39

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EL AMOR TODO LO PUEDE

"El inicio de nuestro amor"

Narra Sam

Mi perfecta y a la vez imperfecta vida, habrá momentos en donde todo parecerá ser perfecto, pero también será imperfecto. Lee Valley Park: fue el lugar en donde comenzó todo. Donde todo comenzó con un simple juego de a ver si Ethan terminaría enamorado de mí, por este juego de a ver quién podía más, fue que nos hicimos mucho daño mutuamente. Pero al final hoy estamos juntos, compartiendo un mágico momento. Mis pies tocan el frío lago, mis manos están recargadas sobre el césped hacia atrás, justo aquí, justo en este lugar pasó todo. Sonrío al recordar.

—¿Por qué sonríes? —llega mi guapo novio preguntando.

—¿Recuerdas justo este lugar? ―suspiro―. Justo donde tú estás y justo donde yo estoy, aquí fue...

—Donde me condené a quedar perdidamente enamorado de la niña más hermosa que han visto mis ojos —Ethan me interrumpe con esas palabras.

Sonrío. Aún me parece que estar junto a él, es un sueño.

—Este siempre será mi lugar favorito —menciono, con mi vista hacia el lago.

—Bueno, creo que es hora de comenzar con tus clases —dice él.

Niego repetidas veces con la cabeza.

—¡Amor! No tengas miedo, solo confía en mí, aférrate siempre a mí, que yo no voy a soltarte.

—¿Lo prometes?

—Por el meñique —me responde y no puedo evitar soltar una carcajada de esas que se contagian, porque Ethan también está que muere de la risa.

—¡Pues bien! —me pongo de pie y me quito el vestido que llevo puesto quedando en un bikini de dos piezas color azul, como mis ojos. Ethan se quita la camisa y salta al lago mojando mi cuerpo con pequeñas chispas de agua.

—Ven a mí —él estira sus brazos—. No voy a soltarte ni un segundo.

Confío en él, sé que no sería capaz de soltarme, entro al agua y él me toma de la cintura, al instante siento el frío del agua recorrer todo mi cuerpo.

—No me sueltes, amor, por favor no lo hagas —aprieto mis ojos por el temor a que él me suelte.

—¡Nunca! Solo abre tus ojos, todo va a estar bien, yo estoy aquí.

Sus palabras me hacen sentir tranquila, lentamente abro mis ojos hasta encontrarme con los suyos que me miran de una manera inexplicable.

—Relaja tu cuerpo, estás muy tensa —me dice él—. Necesito que te relajes, voy a acostarte sobre el agua.

—¡No! —digo apresurada y empiezo a patalear.

—Yo voy a sostenerte mi amor, solo confía en mí, solo relájate.

Asiento con la cabeza dejando que él haga conmigo lo que quiera, me explica qué es lo que debo hacer, y de pronto siento como mi cuerpo flota en el agua, pero él aún sigue deteniendo mi cuerpo con sus dos brazos.

—¿Ves qué no es tan malo?

—Tengo miedo, Ethan.

—Shhh, no digas nada, solo disfruta el momento, nadar no es malo, no vas a ser una profesional ahora, pero poco a poco irás aprendiendo.

—Gracias por esto —le digo.

—Gracias a ti por una vez más dejar que yo sea el primero en algo.

—No solo quiero que seas el primero en todo.

—Ah, ¿no? ¿Entonces? —él pregunta.

—Quiero que seas el primero y el último en todo lo que pasé a mi alrededor.

El amor todo lo puede ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora