Capítulo 33

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EL AMOR TODO LO PUEDE

"Última decisión"

Narra Noah

Hoy es el gran día, el día en que regreso a California. El chofer me ayuda a bajar mis maletas y las de Sam, la despedida entre Sam y Adam fue muy triste, ellos lloraban mucho y me pidieron que la cuidara mucho, en verdad la van a echar mucho de menos, pero ella quedó que vendría cada vez que sean vacaciones y eso los tranquilizó un poco. Caminamos hacia la documentación de maletas, nos dan nuestros pases de abordar y pasamos al segundo filtro, en donde revisarán nuestro equipaje de mano.

—Estoy muy nerviosa, nunca me he subido a un avión —comenta Sam y me río de solo verla así de nerviosa.

—Tranquila, todo va a estar bien ―le respondo, para hacerla sentir que estará segura.

Ella asiente con la cabeza y se comienza a quitar los objetos de metal para poder pasar por las barras de seguridad. Finalmente recogemos nuestros objetos y caminamos hacia la sala de espera, nos sentamos en una de las sillas y ella pone sus manos entre sus piernas, ella tiembla, rápido se puede notar su nerviosismo.

—¿Estás segura qué quieres hacer esto Sam? ―cuestiono antes de que ella suba a ese avión.

—¿A qué te refieres? —pregunta ella nerviosa.

—A querer irte conmigo a Estados Unidos..., conmigo ―digo lo último en un susurro.

—Por supuesto que sí ―responde con seguridad, pero, aun así, me hace dudar un poco.

—Aún estás a tiempo de irte si así lo prefieres.

—No me iré, Noah.

Guardo silencio por un instante, puesto que no sé cómo responder a eso.

—¿Sam?

—¿Si, Noah?

Por Dios, no sé cómo hacer esto, realmente es algo difícil para mí.

—No nada ―niego con la cabeza, sintiéndome aún más tonto.

—Querías preguntarme algo, ¿no es así? ―juega con sus dedos.

—Sí ―suspiro―. Es solo que no sé cómo hacer esto.

—¿Por qué no lo preguntas?

—Es que no es una pregunta, Sam.

—Entonces, ¿qué es?

Suspiro profundamente, intentando agarrar el suficiente valor para decir todo esto.

—Ayer te miré.

—Lo sé, ambos fuimos a la universidad ―ríe con nerviosismo.

—No Sam, no me refiero en la universidad, es decir... ―aspiro―. Ayer te miré a ti, afuera de tu casa en la noche, con Ethan.

—¿Me... me... tú... tú me viste con Ethan? ―tartamudea.

—Lo vi todo, Sam, incluso ese beso que se dieron al final.

—Lo siento mucho —ella baja su mirada avergonzada.

Me acerco a ella y la tomo de su barbilla para alzar su rostro.

—No lo sientas, Sam, no sientas algo de lo cual no estás arrepentida, porque es obvio que no lo estás.

—¿Cómo es que nos viste? —ella me pregunta confundida.

—Te lo contaré todo desde un principio, ¿sí? Solo necesito que prestes atención a todo lo que voy a decirte.

—De acuerdo.

El amor todo lo puede ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora