El amor todo lo puede ©

Capítulo 34

EL AMOR TODO LO PUEDE ♡

"Te amo"

Narra Ethan

Estaba en la sala de espera, con la esperanza de que Sam llegará, volteaba para todos lados buscándola, pero ella no aparecía. Estaba totalmente desesperado, escuchaba por la bocina como llamaban a próximos pasajeros a ir a su destino y ella seguía sin aparecer en mi campo de visión. No sé por qué una parte de mí sentía esa seguridad de que ella iba a elegirme a mí.

Pasajeros con destino a Canadá, favor de abordar por la puerta 23. Repiten por los altavoces y la esperanza se me esfuma por completo.

¡No! No puede ser, el avión no puede despegar ya, Sam tiene que llegar, ella tiene que venir, solo necesito unos minutos más para que ella esté aquí a mi lado, sé que ella vendrá, no puede dejarme, no puede irse con él.

Estoy en rotunda negación, quisiera ir a buscarla a la sala con destino a California y arrancarla de los brazos del cabeza de ladrillo.

En la sala no queda nadie más, todos han subido al avión, las puertas de abordaje están a punto de ser cerradas, supongo que ella lo eligió a él, con el corazón en la mano camino a la puerta 23, entrego mi pase de abordar y me dejan pasar.

Y aquí estoy yo, sentado en la ventanilla del avión, miro a un lado mío en donde se supone que Sam debería de estar, aún sigue subiendo una que otra persona, aún tengo la esperanza de que ella suba, pero olvido todo eso cuando las puertas del avión se han cerrado. La azafata empieza a dar las instrucciones de seguridad y yo ni siquiera presto atención, solo tengo mi mirada perdida en la ventanilla del avión, creo que era menos doloroso el saber que ella ya lo había elegido a él, que saber que tuvo nuevamente la oportunidad y sin embargo lo volvió a elegir a él.

Aquí vamos, elevando hacia el cielo, donde puedo mirar Londres desde arriba, recuerdos pasan por mi cabeza, todo lo bueno y todo lo malo. ¿Y ahora qué haré yo solo en Canadá? Si ya había planeado toda una estancia con ella. Lágrimas y lágrimas derramo, una tras otra, no me importa si me ven, solo quiero sacar esto que siento aquí dentro de mí. Ahora me toca aceptar que soy un buen perdedor, me toca hacerme a un lado y dejarla volar, lo prometí, aunque me duela lo voy a cumplir.

Una hora ha pasado aproximadamente de vuelo, lo único que he mirado son nubes y más nubes, las azafatas comienzan a repartir los aperitivos, pero para ser sincero, no tengo ganas de nada.

—¿Se le ofrece algo, joven? —escucho la voz de la azafata.

—No, gracias —respondo sin voltear a mirarla.

—¿Algo de tomar? ―sigue.

—No ―respondo con mal humor, lo único que quiero es que me deje solo.

—¿Quiere que le deje una botellita de agua natural? ―insiste.

—Ya le he dicho que... —mis ojos se abren de par en par, mirando a la belleza que está en mi campo de visión, sacudo mi cabeza pensando que probablemente esto es un sueño, pero no lo es. Al abrir nuevamente mis ojos, la vuelvo a mirar, ella me sonríe y sus ojos son los más hermosos que haya visto en toda mi vida, ella es el amor de mi vida.

—¿S... Sam?

—Hola, Ethan amor ―sonríe ampliamente y yo siento que me estoy quedando sin respiración.

—Pero, ¿qué? —río con emoción al mirarla vestida con un uniforme de azafata.

—Me queda bien este uniforme, ¿cierto?

—Te queda perfecto.

—¿Entonces se le ofrece algo joven?

Sonrío como un puto adolescente que no sabe en dónde meter tanta felicidad.