El diario de una inconstante.

Caminar sin luz.

  -Intente verme en el espejo y ver esas raíces amarga de mi alma, inspeccionar mis cicatrices que aún no han sido sanadas, no sé por qué sucedió esto, creí darle el tiempo necesario, creí dejarla en su estado de shock, solo hice una larga pausa, tal vez un recorrido muy lento, es como hundir una cuchilla dentro de mis venas, muy silencioso el movimiento, muy lenta la acción, pero por dentro está el "Todo está bien, esto se siente bien" dolores provocados, junto a mis heridas sangrando con mayor potencia, la soledad riendo a carcajada porque me he dejado vencer una vez más.

Es aquí cuando me doy cuenta que volviste anciana llamada depresión, con mis noches inconstante y llenas de desánimo le permite verse más joven, allí está sentada, delante de mí con su habitual cigarrillo y una copa con su sustancia toxica, sustancia que me brinda y la he tomado, si, bebí de lo prohibido, bebí del placer de sus lamentaciones.

En medio de una sonrisa me has tomado, en medio de las carcajadas ruidosas de mi interior me di cuenta que llegué en el nuevo bajo, uno más abrupto, uno más feroz, uno donde soy tan consciente y despierta para entender lo que ocurre en mi interior, no son deseos de desaparecer, solo camino sin ningún sentido, caminar como bebé, caminar si enfoque, caminar sin luz, caminar con miedos, caminar con la pesadez, con los pensamientos de insuficiencia y el desánimo de "No está mi esencia, no está mi sonrisa, no está mi ánimo, no está mi ser, no está mi espíritu" Corro para buscarlo.

Corro agitadamente para encontrarte.

Vivo del tal vez, vivo del "Quiero el antiguo cambio, quiero ser la de antes" Pero mis actitudes son nuevas, mi lugar es nuevo, mi corazón es nuevo, mi mente es nueva, es loco, porque no es renovada, ya no sé cómo hacerlo, he perdido la sensibilidad de verlo, de sentirlo y de escucharlo. He perdido mi centro.