El espíritu sobresale.

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No mas carne, nos mas decepciones al altísimo.

El espíritu se veía tan diminuto ante el grueso de la maldad mi corazón, siendo engañada por las intenciones y acciones confusas de este, escribo mis miedos, mis inseguridades, la mayor de ellas, el temor de irme lejos del lugar santo, de ese santuario donde el frio de esta generación calienta mi corazón. ¡Nacion santa! Así me llamas, aun tan impía, aun tan llena de insensatez, porque entré al lugar correcto, el lugar de tu presencia. Busqué el sitio y me descubrí entre tus lasos de mor, entre tus regazos papá. ¿Recuerdas esa vieja carta donde escribí lo cuanto extrañaba escucharte en las mañanas? pues esta madrugada te sentí nuevamente.

Escribí sobre la taza de café, escribí sobre la canción, escribí mi profunda penuria y en todas ellas te busqué, te anhelé pero nada funcionada, no entendía tal estancamiento, no entendía porque aun en medio de la escudriñamiento no persistía, insistí en visitar los sitios equivocado, distraerme en medio de mi búsqueda, no puedo deducir que hubo un 100% de mi, fue un 35% el resto fueron distracciones. Me dejé llevar por afanes de este siglo, me envolvieron tanto que olvide su lugar, olvidé la prioridad que es Dios. Todo se descontroló cuando el puesto de Dios, el lugar del Espíritu ya no se encontraba habitado, resulta que este templo y morada del Espíritu santo había desalojado al mayor huésped. Que curioso que Dios me permite entrar en sus lugares celestiales, y ahora yo le echo de su propia casa que es mi espíritu, mi mente, mi corazon.

Una vez mas caigo en cuenta de mis asuntos, mis problema, mi ansiedad, mi agonía. Despierto y siento vivir nuevamente.

Luego sopló en su nariz, y con su propio aliento le dio vida...

 Genesis 2:7

El diario de una inconstante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora