Tantas veces intente sostener cada catástrofe en mi vida, que olvide sostenerme de aquellas manos que siempre estuvo dispuesta a dejarlas alzadas, hasta que dejara toda aquella atención que estaba en mi propio sostén.
Llegando a ese punto de quiebre, donde eres tu misma diciéndole a él
Ayúdame.
Porque es ese momento exacto, donde tu vida depende de él.
Ya no podía más, mis planes están completos en ese amor que me sostiene cada mañana al despertar, y en cada atardecer que me anuncia que todo en él, es perfecto.
Admito, extraño esa perfección que es interna, esa que está en medio de una guerra.
Encontré esa calma que alimenta mi vacío...
Encontré a Dios.
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El diario de una inconstante.
EspiritualSiempre llega ese momento donde deja de llover dentro de ti, deja de ser una tormenta, dejas de ser una esclava de temores, dejas liberar tu mente, porque entiendes que el destino no cambia, los caminos... Seguirán siendo caminos, con sus maravillos...