Había algo en la manera en que atravesaba el extenso salón que lograba capturar más de una mirada a pesar de que el lugar estuviera lleno de gente, y es que sólo parecían querer mirarlo a él. Sólo y únicamente a él.
Su madre le había insistido que usara este pantalón blanco y camisa del mismo color con unas lentejuelas plateadas esparcidas por la parte delantera que lo hacían ver, a su parecer, un árbol de navidad. Tal vez ese sea el motivo de tantas miradas.
Aunque, para ser honesto, no le molestaba demasiado. Sólo le hacía ser consciente de que su presencia no le era indiferente a los demás, que lo notaban. Que estaba allí tanto como todos ellos.
Aún no era la hora para cenar, por lo que en cuanto entraron a la recepción del hotel, en donde se celebraba dicha cena, sus padres se habían acercado a un grupo de personas, no tardando demasiado en entablar una conversación. Tan fácil como eso, Jimin observaba parado en un rincón, preguntándose si él también podría tener esa facilidad sin mencionar algo que lo dejara aún más en ridículo.
Solía estudiar bastante a menudo los comportamientos de la gente a su alrededor, justo como lo hacía ahora, observando cómo creaban vínculos amistosos, amorosos tal vez. Y no podía evitar notar cómo también podía volverse algo tan complicado. Ah, tal vez él realmente no estaba hecho para eso. Que quizás no podría encajar en una sociedad en donde era bastante juzgado.
Otra cosa que no podía entender del todo bien era cuando pasaba por algún lugar y las personas, mayormente loa hombres, le guiñaban un ojo. Es decir, ¿qué se supone que significaba eso? ¿Era alguna clase de código del que él aún no entendía? Claramente podría tratarse de eso, porque cuando un tipo, al parecer uno de los camareros, pasó por su lado y lo miró de arriba a abajo, no tardó demasiado en guiñarle un ojo y Jimin tuvo que contenerse a sí mismo de no ir hacia él y exigirle una respuesta.
Vio a su madre haciéndole una seña en un pedido para que se acerque a ellos, y tuvo que tomar una honda respiración antes de obligar a sus pies a moverse hasta ellos. Se detuvo justo cuando una mujer algo mayor daba una clase de gritito emocionado al verlo.
- ¡Mírate! ¡Cuánto has crecido!- exclama la mujer con asombro en su voz. Quiso acercar sus manos hacia el rostro del menor, seguramente tratando de apretujarle las mejillas, pero se detuvo en cuanto este retrocedió. Aún así, ella soltó unas risitas- Oh, de seguro no me recuerdas.
Vio a su padre reír a un lado de él- Jimin, ella es Hyori, una compañera de trabajo en donde solía trabajar antes. Me sorprendió encontrarte en esta empresa. Qué pequeño es el mundo, ¿verdad?- él le dijo ahora mirando hacia la mujer y su marido.
- Vaya que lo es- concordó el marido de esta, balanceando la copa de vino en su mano- Dime, Jimin. ¿Estás orgulloso por el nuevo empleo de tu padre? Trabajar en la empresa de una revista tan famosa sí que es algo especial, ¿no crees?
- Teniendo en cuenta la tala de árboles que aumentó este año por revistas insignificantes que estoy seguro nadie lee- opinó Jimin, sin ánimos de ofender a nadie. Pero parecía que eso era justamente lo que acababa de hacer, a pesar de que no lo entendía podía identificar el disgusto que causó sus palabras en los rostros de los presentes. Jimin frunció el ceño hacia su madre, luciendo confundido- ¿Debo sentirme bien por ello? ¿Orgullo es la palabra correcta?
La madre de Jimin tragó nerviosa en cuanto tuvo las miradas de los demás puestas en ella- No le hagan caso, es sólo un niño. No sabe del tema- aclaró ella entre risas, tratando de aligerar el ambiente. Y estaba por decir algo más, hasta que llevó su mirada detrás de su hijo menor y su rostro pareció iluminarse en alivio- Allí está Hoseok. Tienen que conocerlo.
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Yᴏᴜɴɢ ᴀɴᴅ Bᴇᴀᴜᴛɪғᴜʟ // Kᴏᴏᴋᴍɪɴ
Fanfiction- ¿Seguirás amándome cuando ya no sea joven y bonito? Pareja principal: Kookmin Parejas secundarias: Nam x Jm ; Jin x Jm Jm bottom Jk top