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El hecho de que muchos no pusieran su atención en él era bastante conveniente a veces porque podía escabullirse hacia el patio trasero del Instituto que ya no estaba en uso por remodelación, la misma que había estado en pausa por unos buenos meses porque el presupuesto no era el mejor. Así que solía escaparse por un rato mientras los demas almorzaban y él podría fumar su cigarro en paz, lamentablemente estaba privado de usar sus auriculares porque su hermano los había tomado "prestado" hacía un tiempo.

Por suerte había dejado de llover hacía unas horas, aunque el césped seguía mojado y aún estaba esta ventisca fría junto con unas nubes que prometían una buena lluvia más tarde. Con la capucha de su sudadera puesta, se apresuró en terminar su cigarro, porque no quería tentar a la suerte y que algún profesor lo descubriera allí y luego lo llevaran a ver al director para después llamar a sus padres por realizar cosas ilícitas como fumar un inofensivo cigarro, aunque no tanto, y permanecer en un lugar donde no estaba permitido.

Harían tanto drama por una pequeña cosita sin importarcia, pero era mejor si lo evitaba a toda costa.

El bullicio le hizo rodar los ojos, ¿es que no podían almorzar en silencio sin hacer tanto escándalo? En serio parecía un jodido zoológico, sólo que repleto de adolescentes estúpidos y hormonales. Se hizo un lugar en la fila de estudiantes que esperaban su turno para comprar algo rápido para comer porque el tiempo se les agotaba, más bien se coló porque lo único que quería comer era una manzana roja.

Después de ignorar unos cuantos insultos y haber pagado por la manzana, encontró un lugar en una de las mesas vacías del fondo de la cafetería y se sentó allí, rezando y esperando que lo dejaran en paz por el tiempo que durara allí.

Pero Dios no escuchaba sus plegarias, eso lo tenía bien sabido. Porque más pronto que tarde tuvo a cierto chico con cabellos rubios sentándose a su lado, esbozándole una sonrisa a pesar de que Jimin lo estuviera viendo con molestia, incluso cuando quería disimularla.

- No te molesta si hoy almuerzo contigo, ¿verdad?

Lo hacía. Porque Taehyung era conocido en el Instituto, recientemente se había hecho amigo de casi todo el mundo. Y ellos hablaban. Hablaban y tenían miradas en él ahora que se había sentado con el rarito, con quien todos evitaban acercarse.

Y Jimin evitó mirar a su alrededor, pero podía sentir las miradas clavándose en él. Estaba seguro de que los escuchaba murmurar, burlarse de él. Se concentró en Kim, preguntándose si él también era consciente de ello o si era muy bueno fingiendo que no.

- Así qué...- dijo segundos más tarde, metiéndose una generosa porción de ramen en su boca, y ni siquiera esperó a tragar para seguir hablando- ¿En dónde estuviste el viernes?

Bajó su mirada a la manzana sobre la mesa, intacta porque su apetito había desaparecido- En mi casa. ¿Por qué preguntas?

Taehyung entrecerró sus ojos, mirándolo con sospecha- ¿Y por qué me mientes? Sé que no estuviste en tu casa. Tu mamá me llamó el sábado en la mañana preguntándome por ti.

Oh, cierto. Casi había olvidado aquel detalle. Era tarde el viernes en la noche, justamente después de haber hecho... eso con aquellos hombres, y no podía volver a casa porque si no harían demasiadas preguntas. Así que no vio problema cuando Namjoon le ofreció que pasara la noche allí. Por supuesto, ellos se habían ido después de lo sucedido, no sin antes decirles que iban a estar a la espera de una respuesta del menor. La habitación ya estaba paga, no iba a desaprovechar el momento. Había ordenado algo de comida con el servicio a la habitación y también un poco de vino, vio una película en la gran pantalla que tenía y se durmió a la mitad de la misma.

Yᴏᴜɴɢ ᴀɴᴅ Bᴇᴀᴜᴛɪғᴜʟ // KᴏᴏᴋᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora