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- Sí, creemos que para la próxima semana estará bien. Ya sabe cómo pueden ser estos resfriados, y él no se ha sentido lo suficientemente mejor como para volver- Hyun Sik suspiró, el café que tomaba como desayuno antes de irse a trabajar enfriándose a medida que escuchaba las palabras de la mujer a través del teléfono diciéndole que no sería nada bueno para Jimin retrasarse con sus clases- Eso lo sé perfectamente. Pero usted debe entender que la salud de mi hijo es lo que más me importa ahora. Como dije, volverá cuando se sienta mejor y retomará sus tareas.

Yuri apareció justo después de que cortara la llamada, pero escuchando todo desde la cocina- ¿Quién era?

- La directora del instituto. Le dije que volverá una vez se sienta mejor...

- ¿Mejor? Jimin no ha estado bien durante años- dijo ella, su ceño fruncido en incredulidad. Siempre el problema de su esposo había sido tratarlo protectoramente y defenderlo cuando no debía hacerlo; logrando así que cuando ella intentaba ponerlo en su lugar, se viera como la mala de la historia. Yuri cerró sus ojos, suspirando antes de poner su mirada en él- ¿Por qué lo consientes así? Acabas de mentirle a la directora diciéndole que tiene un resfriado cuando ni siquiera sabemos lo que tiene.

- Precisamente por eso. Somos sus padres y no sabemos qué sucede con él.

Hoseok, quien había permanecido en silencio mientras ellos hablaban, miró con cierta preocupación a sus padres. Sabía que se avecinaba otra discusión provocada inconscientemente por Jimin. Es decir, él también sabía que su hermano estaba mal. Pero, ¿por qué simplemente no podía fingir que todo estaba bien para prevenir cosas como estas?

La mujer se quitó el delantal que solía usar cuando cocinaba y lo tiró sobre la mesa. Fue detenida por su esposo cuando quiso subir las escaleras.

- Yuri, espera- le dijo él- No creo que abrumarlo más de lo que debe estar ayude en algo. En todo caso, lo que sí tenemos que hacer es que se abra a nosotros.

- Eso no va a pasar mientras siga encerrado en su habitación- su voz sonó casi rota, recordando cómo la última semana apenas había visto a su hijo salir de su habitación mas que para comer algo, sólo un bocado, y regresar a encerrarse. Algo estaba sucediendo y ella necesitaba saber qué era; a pesar de que sus métodos no sean los mejores- Tiene que cambiar su conducta si quiere mejorar. Y lo primero que tiene que hacer es salir.

- No creo que sea lo indicado en este momento. Si vuelve a clases no va a ayudarlo demasiado. Estará ahí pero su mente no.

Pero a pesar de las insistencias de su esposo, ella no iba a permanecer con los brazos cruzados un segundo más sin hacer nada. Cuando llegó al segundo piso y se detuvo en frente de la puerta de su hijo, tomó una bocanada de aire y se animó a ella misma. Ella podía con esto.

La habitación estaba por completa oscura, sólo la lámpara de la mesita de noche alumbrando un poco; por eso mismo fue hacia la ventana y corrió las cortinas para que entrara algo de luz y también la abrió para que se renovara el aire. Cuando se giró hacia la cama, lo encontró cubierto casi por completo con las cobijas, su rostro pálido y con ojeras golpeándola por un momento que no supo qué decir.

Tal vez sí estaba enfermo, como su esposo le había dicho a la directora. Pero cuando puso su mano sobre su frente para verificar su temperatura corporal lo encontró normal.

- ¿Puedes volver a cerrar las cortinas?- musitó su hijo, sonando tan cansado como se veía.

- Pero a ti no te gusta la oscuridad- señaló con confusión, mas Jimin no dio más explicaciones, tan sólo giró sobre la cama para darle la espalda. Yuri carraspeó, todo rastro de discusión que se había imaginado y el regaño que se aproximaba quedando en el olvido- Jimin- lo llamó, sólo recibiendo silencio de su parte- Hay cosas de las que tenemos que hablar.

Yᴏᴜɴɢ ᴀɴᴅ Bᴇᴀᴜᴛɪғᴜʟ // KᴏᴏᴋᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora