Yᴏᴜɴɢ ᴀɴᴅ Bᴇᴀᴜᴛɪғᴜʟ // Kᴏᴏᴋᴍɪɴ

16

Para Jungkook, ver el estado en el que se encontraba el chico lo había descolocado, por ponerlo en una palabra simple. Previamente había estado tan concentrado en una pintura nueva que la posibilidad de siquiera abrir la puerta no existió por un segundo. Ahora, no sabía si alegrarse o arrepentirse por haberlo hecho.

Ni siquiera sabía cómo lidiar con este tipo de situaciones, nunca había consolado a nadie y nunca había sido consolado; Jungkook se creía lo suficientemente fuerte como para estar llorando por los rincones. Pero Jimin ciertamente no lo era, podía aparentar serlo también pero la realidad era que es un niño. Un niño que había llegado hasta la puerta de su apartamento en busca de... ¿De qué? De todas las personas a las que podría haber acudido, ¿por qué llegó a él? ¿Por qué Jungkook?

Lo único que cruzó por su mente fue caminar hacia su cocina y preparar algo de té, había leído que era bueno para relajarse, por lo que un té de hierbas debería funcionar, ¿no es así? Preparó todo con dedos torpes y en menos de cinco minutos ya estaba de regreso en su habitación, donde le había dicho que podía pasar para sentarse y tranquilizarse un poco.

El chico ni siquiera puso atención cuando dejó la taza con el té humeante sobre la mesita de luz. Estaba sentado en el borde izquierdo de la cama, justo del lado en donde el mayor dormía, con sus brazos abrazando sus rodillas y la vista fija en un punto.

Jungkook tomó asiento a su lado, mirándolo atentamente- Jimin- llamó él, logrando que lo mirara luego de unos segundos- Tienes que decirme qué sucedió, ¿de acuerdo? No puedo ayudarte si no me lo cuentas- pero el chico no dijo nada por un buen rato, y no ayudaba demasiado a los nervios de Jeon, quien ya se estaba imaginando las peores escenas en su mente, el hecho de que no dejara de llorar en silencio- Estoy con las manos atadas aquí si no hablas, Jimin. Supongo que está demás decirte que puedes confiar en mí porque fuiste tú quien vino hasta aquí, así que lo sabes.

Jimin frunció sus labios y meneó su cabeza negando- No puedo hablar sobre ello.

- Pero necesito saberlo- insistió el hombre, usando el tono de voz más dulce que Jimin nunca antes había escuchado, intentando persuadirlo a que se comunicara con él-¿Cómo puedo ayudarte entonces, eh?

Vio claramente cómo el rubio tragaba saliva antes de relamerse sus labios, acción que de inmediato robó la atención del hombre y recriminándose al instante por no pensar con claridad en un asunto tan serio como este. No entendió que estaba haciendo cuando comenzó a acercarse a él, mirándolo atentamente a los ojos.

- Sólo...- murmuró Jimin, sus rostros quedando cada vez más cerca del otro. Dudó por unos pocos segundos cuando alzó su mano, pero terminó por dejarla en la mejilla del hombre, sus ojos ahora mirando a los labios de este último- Sólo necesito esto- fue lo último que dijo antes de juntar sus bocas.

Fue apenas un roce, una efímera sensación de calidez cuando sintió los labios ajenos presionarse con los propios antes de que se apartara. Jimin lo miró a los ojos, dubitativo de si estaba bien lo que acababa de hacer. Y, ¿qué podía decirle Jungkook? Si de esa forma lograba estar mejor, si era lo que necesitaba, pues no iba a dudar demasiado en dárselo.

Jimin soltó un pequeño gemido de sorpresa cuando el más alto volvió a acortar la distancia entre ambos, esta vez siendo él quien llevaba el control del beso mientras que Jimin simplemente se dejó hacer. Sus manos rápidamente fueron hacia sus cabellos, abriendo su boca cuando sintió la lengua del hombre presionar contra sus labios. Tenía sus piernas a cada lado del mayor, por lo que se ayudó con sus manos para moverse sobre la cama y quedar en una posición más cómoda. Ahora, acostado sobre su espalda y con el cuerpo del señor Jeon sobre el suyo, Jimin se quedó maleable ante él, dispuesto a lo que sea que fuera a pasar.