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- ¡Jimin! No quería abandonarte en el club, pero tienes que admitir que ese tipo, el rubio, creo que se llama Seokjin, da bastante miedo. Joder, pensé que iba a asesinarme ahí mismo- se escuchó un silencio y seguidamente un suspiro- Pero el otro me insistió que estarías bien, y como sé que tu accediste a estar con... bueno, decidiste acostarte con ellos tres así que supongo que estarías bien. ¿Lo estás? Por favor, llámame cuando escuches este mensaje. Me preocupo por ti, eres mi mejor amigo, ¿sabes eso? Como sea, tienes que darme más detalles porque aún es muy confusa toda esta situación para mí. Sólo si quieres, por supuesto. De acuerdo, ¡adiós, Jiminnie!

Pasó su mano por su rostro, comenzando a sentirse algo mareado cuando se sentó en aquella cama. Era bastante cómoda si tenía que admitirlo, pero despertarse en un lugar que desconocía por completo no era algo que le agradara demasiado. Decidió no alarmarse demasiado cuando se encontró sólo vestido con sus bóxer, especialmente porque no recordaba haberse desvestido y la idea de que alguien más lo había hecho era... desconcertante. Y es que si trataba de recordar algo de la noche anterior, sólo imagenes de él mismo bailando con Taehyung llegaban a su mente de forma borrosa. El resto era todo mucho más confuso, y su cabeza dolía lo suficiente para pensar más en ello.

Encontró su ropa perfectamente doblada sobre un sillón, así que terminó por vestirse mientras observaba la habitación. No decía mucho del dueño de la misma, que comenzaba a sospechar profundamente que no se estaba equivocando cuando pensó haber recordado que el señor Jeon se había hecho cargo de él.

Lo que sí llamó su atención fue una de las paredes, en donde había un mural en proceso y pudo divisar lo que pronto sería un pájaro blanco lo suficientemente grande como para abarcar todo el espacio, con latas de pintura y mantas manchadas de colores a su alrededor.

No había forma de perderse en el apartamento, pues la habitación y el baño eran los únicos cuartos que estaban separados, lo demás como la cocina, el pequeño comedor y el living estaban en un mismo espacio que fue capaz de observar cuando se quedó de pie a un lado del sofá. Si pensaba encontrarse con alguien allí, incluso preparando el almuerzo, se había equivocado.

Estaba solo en un lugar que no conocía, cuyo dueño no había hecho acto de aparición.

Y no era una persona que le gustara hurgar entre las cosas de los demás, pero simplemente no pudo evitarlo. Se acercó al mueble a un lado de la ventana, en donde ni siquiera había fotografías o algo demasiado personal. Sólo una pequeña caja blanca que le pedía a gritos ser abierta. Lo hizo, pero las pequeñas fichas que encontró allí dentro lo confundieron aún más.

Guardó todo en su lugar y se aseguró de dejar todo como lo encontró cuando escuchó la cerradura de la puerta de entrada ser abierta. Pocos segundos más tarde, tragó saliva al ver al señor Jeon entrar por la misma, vistiendo una camiseta sin mangas dejando ver sus ejercitados brazos, sus fuertes piernas cubiertas sólo con un short hasta las rodillas. Y el sudor que corría por su cuerpo, seguramente por haberse ejercitado, nunca antes hubiera pensado que le resultaría sexy.

Pero, al parecer, todo en este hombre le parecía sexy, al punto de encenderlo con sólo mirarlo.

- Despertaste- dijo el hombre, quitándose el calzado para después ir al refrigerador y agarrar una botella de agua. Jimin lo observó vaciarla en tiempo record, se veía sediento incluso después de beberla- Creo que me excedí, pero en serio necesitaba liberarme...

Jimin no captó el doble sentido en sus palabras hasta que Jeon le dedicó una sonrisa con sus ojos brillando con cierta picardía. Aclaró su garganta, no permitiendo que lograra intimidarlo.

- No recuerdo mucho de la noche anterior- empezó diciendo el pelirosa- Quiero disculparme con usted si le ocasioné algún problema. Yo... Bueno, no estaba en mis cinco sentidos.

Yᴏᴜɴɢ ᴀɴᴅ Bᴇᴀᴜᴛɪғᴜʟ // KᴏᴏᴋᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora