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El pastel era bonito, tenía capas de chocolate, fresa y crema, variados igual que los gustos de los hermanos. Volvían a haber siete velas en él, por cada uno de ellos. Mamá lo extendió frente a ellos, permitiéndoles ser niños un poco más.

—Feliz cumpleaños, mis niños.

—¡Gracias mamá!— respondieron al unísono.

—Es fantástico mamá— agregó Diego hacia ella.

Cinco sentía que toda ésta situación era condenadamente surrealista. Volvió desde los años sesenta (antes de eso, cuarenta y cinco años en el apocalipsis) para impedir el apocalipsis, y ahora estaba con su cuerpo de trece años celebrando su cumpleaños junto a sus hermanos de quince años, frente a un gran pastel tricolor.

Sí, la palabra surrealista incluso se quedaba corta para describirlo. Sin embargo, también era la primera vez desde que puede recordar que se sentía tan bien, tranquilo, junto a su familia. Se encontró sonriendo ligeramente, mientras sus hermanos se peleaban para poder acomodarse frente a el pastel y soplar las velas. Por una vez, no sintió que perdía el tiempo, eso se sintió bien.

Luther, Diego y Allison soplaron las velas al mismo tiempo, Klaus teorizo sobre si acaso las velas se podrían fumar y Ben pidió que por favor no tratara de comprobarlo. Vanya se mantuvo un poco más lejos, solo observando como siempre. Cinco pensó que si ésta era su segunda oportunidad, debía mejorar eso. Se apoyó contra Vanya, ella dió un respingo, pero sonrió genuinamente, emocionada.

Mamá cortó trozos del pastel y lo repartió. Las más grandes (es decir, realmente grandes) era para Luther, Ben y Diego. Luther y Ben siempre han tenido un apetito voraz, aunque por motivos completamente diferentes, y Diego simplemente no quiere quedarse atrás en nada de lo que Luther hace. Allison, Vanya, Cinco y Klaus reciben porciones estándar pero generosas. Klaus, por más que se jacte por su amor por los dulces, nunca tiene mucho apetito ni termina una porción si puede elegir no hacerlo y acaba dándole lo que le queda a Luther, quien lo acepta gustoso.

Cuando terminan, contentos y embarrados de pastel (más bien, Klaus con su cara embarrada un poco de crema), Pogo les desea feliz cumpleaños y dice que sus regalos están arriba, y que su padre llegará mañana.

—Tengo una idea— dice Luther, cuando todos caminan de vuelta hacia las escaleras.

Se gana al instante la atención de todos, incluso de Diego. Cinco piensa en lo diferente que eso será en el futuro. Leyó el libro de Vanya, sabe que Luther se queda solo, roto por su cuenta como todos los demás.

No, no si Cinco puede evitarlo.

—Habla, chico grande— sonríe Klaus, que lleva abrazado a Ben por los hombros.

—Podemos poner el tocadiscos que me dió papá el año pasado arriba, tal vez ¿escuchar algo de música?— dice, rascándose la nuca.

—Suena genial— dice Allison—. Quiero a Tiffany, tienes a Tiffany ¿cierto?

—Oh, realmente amo a Tiffany— aprueba Klaus, contento.

—¿Qué opinas, Cinco?— le pregunta Ben.

Cinco parpadea hacia ellos.

—Es infantil, no gracias— luego, al ver los rostros decepcionados de sus hermanos, agrega:—Pero iré, hace tiempo que no los veo hacer el ridículo.

—C-Cállate— rueda los ojos Diego, al mismo tiempo que Klaus aplaude y exclama un “¡yey!”.

Sí, se siente bien.

....

Hazel está seguro de que se ha quedado encandilado. Ésta mujer, ésta dulce dama, Agnes, parece un brillo de luz. Tan libre de la maldad que gobierna la vida de Hazel. Tiene un pelo rubio rizado muy bonito que amarra en una coleta, una piel pálida y una sonrisa eterna. Podría mirarla externamente.

Wrong Time | The Umbrella Academy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora