Wrong Time | The Umbrella Academy.

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Decir que el hospital central está sorprendido de tener a los niños de la Academia Umbrella en sus instalaciones sería que quedarse cortos.

Están bastante asustados, si pueden ser honestos, pero también curiosos. Éstos niños son un misterio para el mundo. Lo único que tienen es un escueto registro de nacimiento. Se han atendido siempre en casa, así que no hay papeleo de vacunación ni nada similar. Además, está el hecho de que tienen capacidades poderosas potencialmente destructivas.

Afortunadamente, el niño que estaba en peor estado es el número Cuatro. Ve fantasmas, según saben, pero nada más. Eso es bueno, porque necesita un respirador y un lavado de estómago, y no les gustaría saber como hacerle, por ejemplo, un lavado de estómago al número Seis.

El número Dos (lo saben por las revistas y periódicos), que lanza cuchillos o algo así, tiene una rozadura de bala en el brazo, y también una reacción al shock por un trauma reciente.

La número tres es otra historia (y dios, los médicos enserio no pueden creen que éstos niños tengan números por nombres oficiales de registro, es decir, ¿qué demonios?). La niña tenía cinta aislante de la gruesa alrededor de toda su boca y su cabello. Pierde algo de sus risos y sus labios están carne viva, sangrantes y rotos, pero nada que no se pueda manejar con curaciones y cremas.

Los otros dos niños, número Uno y número Seis por lo que saben, no tenían heridas visibles. Una enfermera les regaló una Gatorade y un sadwich a cada uno, para combatir una posible deshidratación y porque realmente parecen famélicos (aunque el número Uno insiste que eso es biológicamente remoto para él), tan pequeños, esperando noticias de sus hermanos con desesperación.

Los médicos descubren algo importante hoy. Los periódicos mienten. Éstos no son superhéroes poderosos e invencibles, adoptados por un benefactor rico que les da un estilo de vida de reyes. Éstos son niños criados bajo un sistema de abusado.

Y dios los ayude sino van a al menos intentar hacer algo al respecto.

....

Diego es el primero en unirse a la sala de espera con sus hermanos. Su brazo, cerca del hombro, permanece vendado, también le han puesto un cabestrillo que en realidad le parece innecesario, pero no tiene la energía para discutirlo.

El proceso de Allison tardará más, pero es Klaus quién estaba en riesgo vital, así que es por él por quién Diego pregunta nada más llegar:—¿Ha-Hay noticias de él?

Luther, que mantiene a Ben abrazado por los hombros como un hermano mayor protector, gira la cabeza en su dirección para responder.

—Dijeron que necesitaba un lavado de estómago, pero que lograron estabilizarlo —explica—. Se va a recuperar, Diego.

Diego no puede contener un sollozo de alivio, y se apoya contra Ben mientras Luther le ofrece lo que le queda de Gatorade.

Pasa aún una hora más (quizás más, quizás menos, el tiempo se siente extraño) antes de que vean a Allison. Lleva una mascarilla especial para proteger sus labios untados con crema protectora.

Ella se recuesta del otro lado de Luther y él le pasa su brazo libre alrededor de los hombros.

Juntos, esperan aún unas horas ansiosas para tener noticias de Klaus. El sol ha desaparecido y las luces interiores se encienden, ha vuelto a caer la noche. Se permiten dormir (o sus cuerpos ceden sin permiso), y una enfermera los despierta quién sabe cuánto tiempo después.