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El violín se ha vuelto el ancla de Vanya. Desde que papá le permitió tenerlo, ha querido volverse excepcional con él. Ser especial de alguna forma, aún si no puede ser igual de especial que sus hermanos.

Ahora, sin embargo, mientras toca una melodía tan intensa como la preocupación que siente por sus hermanos, el violín es algo más. Antes solo batallaba con las notas y partituras, pero ahora lo siente. La música vibra en sus huesos, en sus entrañas, acelerando su corazón.

Se quedó atrás, como siempre. Incluso ahora que Cinco, su aliado habitual, está de vuelta, sigue estando sola atrás, solo viendo las espaldas de sus hermanos.

No sé da cuenta hasta que punto se deja llevar por la música hasta que termina abruptamente la pieza que está interpretando y un par de libros y objetos de su habitación caen al suelo de haber estado flotando. Vanya jadea, confundida, una energía extraña similar a la que sintió cuando la bala se dirigía hacia ella la envuelve ahora.

Tal vez, al final, también hay algo dentro de ella.

Antes de que pueda intentarlo de nuevo, intentando descubrir como o si ella elevó los objetos mientras evita darse falsas esperanzas, papá entrá en el cuarto.

—¡Número Siete! —exclama, y ella se tensa al instante—. Informa, ¿dónde están tus hermanos? —ordena.

Vanya traga saliva y se encoge en sí misma intentando volverse invisible, un gesto que en realidad es habitual en ella.

—No lo sé —dice, mirando al suelo mientras intenta que no le tiemble la voz mientras aferra el violín fuertemente con sus manos.

De pronto, no le asusta solo el hecho de que papá la obligue a delatar a sus hermanos, sino también que descubra que ha dejado de tomar sus pastillas. Siente miedo, los sonidos revoloteando en su interior como formando dardos, alerta.

—No quiero mentiras, número Siete —Reginald obviamente sabe que miente—. ¡Tus hermanos desobedecieron una orden directa! Debían presentarse en mi oficina hace diez minutos para el informe y reasignación. Ahora, te preguntaré por última vez, Siete, ¿dónde están?

Vanya considera fugazmente sus opciones para responder. Sus hermanos siempre la desprecian, riendo sin ella y desplazandola, por lo que no tendría porqué protegerlos arriesgando un castigo. Pero no es culpa de sus hermanos, papá es quien siempre la aisla. Y sus hermanos son brutos, pero la protegen. Ahora Klaus está en problemas y ésta es su forma de ayudarlo.

Así que, enigmática y sin dar ningún detalle o ubicación, pero técnicamente sin mentir, responde:—Escaparon por una ventana, no sé nada más.

Mentira.

Solo espera que Cinco sea más rápido que papá y anticipe sus movimientos.

Reginald frunce el ceño, descontento.

—Debiste avisarme y no lo hiciste, Siete, lo que te hace cómplice —dice, siempre erguido—. Estás castigada, confinada a tu habitación y sin cenar.

Él sale del cuarto sin esperar respuesta, cerrando la puerta tras de él.

Una vocecita dentro de Vanya, casi un susurro inaudible, grita ¡Mátalo! ¡Mátalo!

Y lo peor es que, aunque la aterroriza, una parte de ella quiere hacerle caso.

....

Klaus está en un viaje colorido. El silencio a su alrededor es precioso y único, sobretodo para él, que vive en un ambiente de ruido sin descanso.

Wrong Time | The Umbrella Academy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora