Capítulo tres

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El día de la fiesta de sus padres llegó y
Krist estaba tan nervioso que no sabía que ponerse, no quería que su madre lo dejase en ridículo criticando su vestuario como acostumbraba a hacer.

Después de probarse varios trajes, se decidió por el que su madre le había regalado en su graduación pues aún le iba perfectamente.

Habían quedado en que Singto pasaría a recogerlo a las ocho, así que debía darse prisa en ducharse y arreglarse para estar listo cuando él llegase.

Este nunca había sido un chico de muchas citas, así que aunque ésta era una contratada, quería causar buena impresión y no hacerlo esperar, además de que el acompañante le cobraba por horas.

Dieron las siete y media y ya estaba más que listo y nervioso mirando el reloj a cada rato y revisándose en el espejo cada dos minutos.

El acompañante llegó puntual, aparcó su coche último modelo y pagado con el sudor de su cuerpo, subió las escalinatas hasta el portal de su nuevo cliente y llamó a su telefonillo.

-Hola, soy Singto ¿bajas querido?.

-Ok ba-bajo ahora mismo-habló el informático atacado de los nervios.

Singto volvió a bajar las escalinatas del edificio y a continuación se apoyó en su coche a esperar, mientras se miraba sus nuevos y brillantes zapatos.

Minutos después escuchó cerrarse la puerta del edificio y entonces levantó su cabeza quedándose sin aire por unos segundos.

-Wow joder...Vaya, este cliente es impresionante, lástima que solo sea para acompañarlo-se dijo tragando duro.

-Ho-Hola eres Si-Singto ¿Verdad?- preguntó Krist atacado de los nervios e igual de impresionado.

-Claro... vámonos, cariño- dijo este dando la vuelta a su coche y abriéndole la puerta del copiloto.

Este se ruborizó pues el gigolo era realmente espectacular, mucho guapo de lo que se había imaginado, increíblemente arrebatador.

Su piel morena, sus ojos oscuros y su varonil y envolvente aroma lo hicieron sentirse muy inferior e incluso se sintió mal por unos minutos pues pensaba que seguro que nadie se creería que un chico así pudiese ser su novio.

Durante el trayecto, Singto le fue preguntando todo los datos necesarios que como su novio éste debía saber para hacer bien su papel.

El informático poco a poco se fue relajando y dejó de tartamudear, sintiéndose cada vez más cómodo con su acompañante, el cual además de tremendamente atractivo, era muy gracioso y tras varios kilómetros incluso bromeaban y hablaba con él como si lo conociese de toda la vida.

La casa de sus padres estaba en las afueras de la cuidad, en una zona residencial muy lujosa, lo cual extrañó al gigolo pues su cliente no le parecía el tipo de chico que perteneciera con ese tipo de lugar.

Este lo había recogido en la zona más humilde de la ciudad y el traje que Krist vestía, enseguida había notado que estaba bastante pasado de moda, aunque le sentaba como un guante.

Además según lo había tratado, le parecía demasiado sencillo, muy sociable y muy humilde para pertenecer a una familia adinerada.

El informático le indicó la entrada exacta de la lujosa casona de su familia y entonces aparcaron el coche en el aparcamiento donde ya había otros muchos.

-Bueno... llegamos, ¿Estás listo para una noche inolvidable de cócteles y lo que surj....- preguntó Singto sonriendo seductor pues no podía evitar pensar en tener debajo suyo al sexi cliente sudoroso y jadeante.

-No, no surgirá nada-le interrumpió este-...la verdad es que no lo necesito, gracias pero tampoco me da el presupuesto para eso.

-Es una verdadera lástima.

El moreno sintió un escalofrío cuando este le agarró con su helada mano.

-Veas lo que veas y oigas lo que oigas...por favor Singto, no me descubras, ¿de acuerdo?.

El gigolo asintió.

-De acuerdo, tranquilo... Haré muy bien mi papel, no te preocupes más.

Este suspiró y negó con la cabeza pues pensaba que su cliente era demasiado inseguro y que debía de haber sufrido mucho en el pasado pues a pesar de tenerlo todo, este había renunciado a una vida de lujos y estaba aterrorizado por volver a aquella casa.

1. Placer En Las Venas - Singtokrist -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora