! Aquellos Maravillosos años!

Cʜɪᴄᴀɢᴏ Pᴀʀᴛᴇ ₁ª

                                                                                 𝖣𝗈𝗇𝗇𝖺

Apago los cascos y la luz roja que indica que estamos en el aire se apaga, me los quito antes de poder levantarme de la silla. Necesito con urgencia comer unos perritos calientes, patatas fritas y una enorme tarrina de chocolate.

ERIC-Donna.

Me giro al escuchar la voz de mi prometido, veo que corre hacia mí, en las manos lleva varios perritos calientes.

-Eres nuestro héroe.

ERIC-¿Cómo a ido?.

Le arrebato uno de los perritos, doy un gran mordisco.

-Mmm...

ERIC-Donna.

-¿Y las patatas fritas?.

ERIC-Me lo he gastado todo en los perritos.

-O sea que de la enorme tarrina ni hablamos, Eric consíguemelos. 

ERIC-Voy.

Sale huyendo del lugar, me río mientras miro mi ya notada panza.

-Ha este paso vamos a volver loco a papa.

                                                                                                          𝖥𝖾𝗓

Kelso está en la ducha, me estiro en la cama y me pongo los primeros pantalones que veo. Salfo de la habitación, aún estoy dormido y me doy cuenta de que Hyde no está.

-¿Hyde?.

Es extraño que se haya ido sin avisar, hago el café y llamo a mi nuevo jefe, para poder cambiar los turnos.

KELSO-Buenos días.

-Hola.

KELSO-¿Dónde está Hyde?.

-Cuándo me levante ya se había marchado.

KELSO-¿Crees que nos a visto?.

Niego dejando el teléfono en su sitio, me pongo a hacer el desayuno para los dos.

KELSO-Fez.

-Dime.

KELSO-¿Te importa si hoy me voy a dormir a casa de mis padres?.

-No.

KELSO-¿Hoy trabajas?.

-Si, voy a prepararme.

Le beso su mejilla derecha, sigo preparando el desayuno y me abraza por detrás.

KELSO-He pensado en invitarte mañana a cenar.

-¿Mañana?.

KELSO-Si, ¿no te apetece?.

-Si, si me apetece.

Eric me a traído mucha comida, sea pasado es demasiada comida. Ahora está trabajando, continuó en la cafetería de la radio charlando con una compañera.

-¿Cómo lo llevas, Donna?.

-Cansada de los vómitos y apenas tengo mareos.

-Lo bueno es que ahora tienes una excusa para engordar.