Adios,¿amigo?

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                                                                                              Hyde

Salgo del piso muy molesto, bajo deprisa las escaleras de él no me esperaba algo así para nada, llego hasta mi coche y al montarme en el empiezo a golpear furioso la radio. Kelso corre hasta el coche y entra muy preocupado, pero ahora quiero estar solo o si no, a él también lo acabaré golpeando y no quiero.

-Sal.

Quita las llaves del contacto del coche y se las guarda en el bolsillo de sus vaqueros.

-Dámelas y sal.

Kelso: No estás en condiciones de coger el coche.

-Kelso.

Kelso: No ves como estás, no pienso dejar que...

Le abro la puerta para que se baje y le quito las llaves, pero ni se mueve ese idiota de Kelso acabaré pegándolo.

-Kelso, no me hagas que te golpee.

Kelso: Prométeme que no vas a hacer ninguna tontería.

-Qué sí.

Cuándo consigo que salga del coche, meto la llave nuevamente en el contacto y pienso donde voy a ir.


No sabía a donde iba, ahora no estoy en condiciones para pensar mucho la verdad; además no tengo otro sitio dónde ir. Al bajarme del coche veo las luces de la cocina apagadas, supongo que estarán durmiendo, me enciendo un cigarro y me subo en el capot del coche mirando el cielo.

Donna: ¿Hyde?.

Veo a Pinchotti llorando con una maleta, la observó sin entender lo que está pasando y veo a Jackie en pijama llamándola.

Jackie: No puedes irte.

Donna: Suelta la maleta, ya he tomado una decisión.

Jackie: Donna piensa, no hagas ninguna tontería.

Donna: Hyde, ¿me llevas a la estación de autobuses?.

Jackie: No, no te puede llevar.

Doy la última calada y lo tiro al suelo, me bajo del capot y con el pie apago el cigarro, le cojo la maleta y la meto en el maletero del coche.

Donna: Gracias.

Se monta en el coche, no se a dónde va pero igual me voy con ella y así cambio de aires; iba a entrar al coche, pero Jackie se me acerca y me coge del brazo derecho.

Jackie: Por favor no te la lleves.

-Ya nos veremos.

Jackie: Hyde.

Ninguno dice ni una palabra lo cuál a mí me encanta, pero nunca antes la había visto de ese modo y no me gusta nada. Esto de empezar las conversaciones nunca ha sido lo mío; pongo la radio para ver si así romperemos la tensión y parece que ha funcionado.

Saca el paquete de cigarrillos, saca uno y se lo enciende, me da uno que no me viene nada mal.

Donna: Siento haberte metido en esto.

-Da igual.

Donna: Supongo que no me...

-Donna no se lo que ha pasado, pero aquí estoy para lo que sea.

! Aquellos Maravillosos años!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora