Hey, baby

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Cuando Eva y la directora regresaron a la academia, eran casi las seis de la mañana. Sin embargo, las estaban esperando todos sus compañeros en el salón, algunos atentos a la puerta, otros durmiendo rendidos en el sofá. Noemí les explicó por encima el estado de Anaju y que, si todo salía bien, regresaría aquella misma noche, o madrugada.

"Gracias aquí a mi amiga, doña Flora la Desenladrilladora, hemos conseguido medio desenladrillar el pedazo de cabezón enladrillado que tenía doña Pascuala la Enladrillada", les anunció, apoyada en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una sonrisa resplandeciente hacia la gallega.

Eva se frotó una ceja y se apoyó en el respaldo del sofá, evitando las miradas curiosas de sus compañeros. Aunque le devolvió la sonrisa a la directora, cómplices a fin de cuentas, después de aquella particular aventura nocturna.

"Os dejo descansar un poco más, recordad que a las 9 se activa el directo, y a las 9:30 empezáis con Cesc", se apeó del marco y les señaló con el dedo. "Os aconsejo que lo que tengáis que hablar, lo habléis ahora. Durante el día es preferible que no salga el tema. Y si sale, porque sería rarísimo que Anaju no esté y no habléis de ello, no entréis en detalles, por favor. A las 9 en punto se enviará un comunicado firmado por la familia informando a los espectadores de la indisposición de Anaju, sin especificar nada más. Lo más probable es que asuman que sus temas de dolor de estómago hayan vuelto. ¿De acuerdo?"

Todos estuvieron de acuerdo y la directora se marchó, no sin antes mirarlos a todos y cada uno de ellos.

"Costaréis de criar, cojonas..."

Antes de que todos empezaran a acribillarla a preguntas, Eva alzó las manos, mientras se deslizaba por el cabecero del sofá y acababa sentada en la esquina.

"Está bien, os lo prometo, chicos. Ha tenido un comienzo de episodio pero bueno...", apretó los labios y volvió a evitar las miradas de sus madrinas. "Ha conseguido resistirlo y ha vuelto en sí. La verdad es que ha sido impresionante, yo no tenía ni idea de que estas cosas ocurrieran, pero os lo juro que no parecía ni ella. Era como si sólo se hubiera quedado su ser más primitivo. Puro instinto de supervivencia", les acabó de contar, en un hilo de voz sobrecogido.

Nia se sentó a su lado y le pasó un brazo por los hombros, acercándosela. Los demás se aproximaron igual, sentándose alrededor.

"¿Sigue sin recordar nada?", preguntó Samantha, cogiéndole una rodilla.

Eva negó con la cabeza.

"Nada de nada. Se ha quedado en la noche del viernes, cuando vimos Ministerio"

"Hostia, qué fuerte, illo...", Hugo se llevó una mano a la perilla para frotársela.

"Ahora mismo está viendo la gala con su madre y su tío, a ver si recuerda algo. Dice que tiene flashes, pero super imprecisos."

"Qué multiverso más curioso la mente humana, ¿verdad?", reflexionó Mais, sentada en el cubículo rojo. "Ahora estás y ahora, clic, ya no estás. Y lo que más me aluciflipa es que hasta la cena del día siguiente nadie lo notó. ¿Cómo se os queda el cerebro de hecho papilla al pensar en eso?"

"Nadie no, ¿verdad chiquitita?", preguntó Nia, empujando a Eva.

"Bueno, yo sí la noté distante, pero no me imaginé en absoluto lo que le pasaba realmente. Me ha sabido tan mal..."

"Yo también la noté rara cuando salí a la terraza a desayunar con ella, pero pensé que era por la rayada de la semifinal", confesó Samantha. "Al ser candidata a finalista y todo ese rollo, ya sabéis. A mí me está rayando bastante. Así que no insistí porque, no me fastidies, que cada palo aguante su vela, sinceramente"

Cuando nadie miraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora