Lo sé

442 18 14
                                    

Después de devolver todos los colchones a la habitación, hubo algunos que prefirieron irse a la cama y otros que aún deambulaban por la academia. Anaju se había preparado una infusión de té con limón y jengibre, se había apoderado de un par de cojines del salón y se había instalado en el banco de la terraza.

Qué día...

Subió los pies al asiento, se enrolló en una manta mullida y apoyó la cabeza en el respaldo, cerrando los ojos y calentando sus manos con la taza caliente de su brebaje miraculoso. Dejó la mente en blanco mientras se concentraba en su respiración pausada. Disfrutó del aparente silencio de la estancia, aunque aún podía oír a alguno de sus compañeros en la lejanía.

Su mente le pedía a gritos hacer una recapitulación de todo lo que le había ocurrido en aquellos últimos y enloquecidos días, pero recordó las clases de Cesc de yoga y bloqueó los recuerdos, esforzándose en ser consciente tan sólo de su respiración y de sus sentidos.

Olía a infusión, obviamente, pero también pudo captar la tierra húmeda de las plantas que la rodeaban. Detectó la esencia residual de tabaco del último de sus compañeros que había salido a hacer un recado. La manta que la rodeaba olía al perfume indiscutible de Nia, así que supuso que la última en enviar un mail fue ella.

Se llevó la taza a los labios, sin abrir los ojos, y dio un sorbito, paseando la infusión por toda su boca antes de deglutir lentamente. El sabor mentolado le reactivó las papilas gustativas, que se recrearon apreciativas con aquel estímulo de frescor. El jengibre le dejó un regusto ardiente, un tanto desagradable al principio, pero gustoso al final.

"Uhmm...", murmuró, con una remota sonrisa en los labios.

Volvió a inclinar la cabeza hacia atrás y recolocó su cuerpo, sintiendo el agradable abrazo de la gruesa manta, aislándola suavemente del frescor de la noche. Tenía el cuerpo un tanto entumecido, aunque ya se le había acostumbrado al frenético ritmo de la academia. Apenas sentía las agujetas que la habían atormentado los primeros días desde que regresaron y, a decir verdad, se sentía bastante en forma. La dieta equilibrada y el constante ejercicio habían saneado su metabolismo y, sin mucho margen de error, Anaju podía afirmar que estaba en uno de sus mejores momentos a nivel físico.

Otra cosa era el mental...

Los labios se le volvieron a curvar en una sonrisa lejana. Bloqueó, una vez más, los malos pensamientos, igual de tozuda que ellos. Su antiguo yo mayestático insistía en volver a los viejos hábitos de auto análisis, pero la turolense había aprendido muy bien la lección.

Procuró repasar la nueva melodía que había estado componiendo aquella tarde. Necesitaba tanto a Gérard, sus mágicas manos y su mente privilegiada. Decidió que al día siguiente le pediría ayuda a Flavio, si conseguían tener algún momento libre. Tenía los acordes que quería, pero también tenía la inquietante sensación de que no estaban bien colocados. Alzó una mano al aire y los probó en un piano imaginario, tarareándolos en un susurro. Frunció el ceño cuando, definitivamente, algo no le cuadraba. Lo intentó de nuevo, haciendo bailar sus dedos en el aire, probando varias combinaciones sin llegar a atinar a cuál era exactamente el error.

Se le detuvo la mano cuando escuchó una risita. Alzó la cabeza y se encontró con Eva apoyada en la puerta de la terraza, observándola con una sonrisa preciosa.

"Hasta a Chopin le hubieras sacado los colores", le comentó, con un guiño divertido.

Anaju bajó la mano y le sonrió, con un ruedo de ojos. Se la quedó contemplando con placer. Eva se había cambiado el pijama por alguna razón: se había enfundado en los anchos pantalones grises de deporte de su padre y, aunque no lo veía, Anaju supo que había un cordón de converse manteniéndolos en su sitio, alrededor de la cintura de la gallega. Se había cambiado igualmente la camiseta de Nike y se había perdido dentro de un enorme jersey azul turquesa de cuello tan abierto que se le había resbalado por el hombro izquierdo, dejándolo al descubierto. En conjunto, resultaba un look muy Eva pero, sobretodo, tremendamente adorable.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 20, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cuando nadie miraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora