Te Compre!! Ahora Me Perteneces

Capitulo 30

Algo no estaba bien, no era por la cena, tampoco el problema de sus piernas.

¡Ah! Ahora lo entendía, le faltaba Liliana, su compañía y la dulce fragancia que desprendía su cuerpo.

Ella se había alejado poco a poco de él, ¿De verdad creía que no se daría cuenta?

¡Podría estar paralitico pero no ciego!

—Liliana—presiono su cabeza frustrado.

¡El mismo la había empujado a los brazos de ese hombre!

Así Que. ¿Qué derecho tenía sobre ella?

¡Cómo fue capaz de alejarla, cuando el la necesitaba!

—Mi Señor— se acercó Neyli preocupada al ver la expresión desolada de Seth.

—Neyli...¡La necesito!

—¡Necesito que ella este conmigo!

¡Después de todo no podría dejarla y tampoco deseaba su felicidad con el!

∆∆

Dormir juntos fue mas difícil de lo que imaginó.

—¿No tienes sueño?—pregunto Erick al notar que Liliana se movía constantemente en su lado de la cama.

—No—contesto

¿Como podía dormir tranquila cuando su corazón latía sin parar?

—Creo que bajaré por un poco de agua.

Necesitaba respirar tranquila sin que el se diera cuenta que le perturbaba su presencia.

—Iré yo, así que espera aquí— dijo Erick levantándose de la cama.

El entendía que era difícil acostumbrarse.

Tampoco pretendía hacer algo más. Quería que ella lo tomara con calma.

—Ok.

Cuando vio a Erick salir de la habitación frotó su cara avergonzada, pero que demonios le sucedía para comportarse como una chiquilla?

-hahhhh~ suspiro profundo.

Ella no tenia que estar así cuando tenia a alguien como a Erick a su alrededor.

No debía preocuparse por estas cosas de adolescentes.

∆∆

Bajo al primer piso por el vaso de agua y en la sala se encontró con la nana de Liliana quien sostenía en sus manos una taza de té.

—Didi,¿usted tampoco puede dormir?—preguntó

La nana sonrió amablemente a Erick y con su mano hizo una seña para que se acercara a ella.

—Me han dicho que le gustan las flores.

Erick sonrió afirmando a lo que había dicho.

Claro que le gustaban aunque en la región plata solo existían los cultivos y las flores eran escasas.

—Creo que le gustara ese lugar— asintió Didi y tomo un sorbo de té.

—¿Qué lugar?—pregunto con curiosidad.

Lucia apareció detrás de él, asustándolo por un momento

—Mi Amo permítame llevarlo a ese lugar.

Dejo su taza en la pequeña mesa y tomo de la mano a Erick.

—Dicen que las mujeres son igual de hermosas que las flores.

—¿Usted cree eso?