Te Compre!! Ahora Me Perteneces

Capitulo 33

Debía de disculparse cuando lo encontrará, tal vez había exagerado un poco el día de ayer, pero es que ella nunca experimento tanta vergüenza por el simple hecho de hacerlo.

Sonrió tontamente al imaginar a Erick durmiendo en la sala, probablemente seria él quien tuviera aquellos dolores en la espalda.

De alguna u otra forma lo recompensaría por el injusto castigo que recibió.

Se levanto de la cama y se preguntó.
¿Que debería de hacer hoy?

¿Quizás debería darles  a sus hijos un cachorro como regalo?

¡Si! Eso haría, definitivamente a los niños les gustaría.

Incluso podría ver sus alegres sonrisas mientras jugaban por el campo.

La emoción que sintió la alegro tanto que nunca imaginó que ser feliz fuera algo tan maravilloso.

∆∆∆

Busco a Erick en la sala pero él ya no se encontraba ahí..

—¿Mi señora?— pregunto extrañado Félix al ver a Liliana en medio del camino.

—......

Como ella no contesto, se acerco al frente para volver a preguntar.

—¡....!

En ese momento Félix se llevo la gran sorpresa de su vida al ver una expresión que desconocía de su amo. 

Era una dulce y tierna mirada, como si ella estuviera en el mejor de los sueños.

Nunca imagino el día en que él la vería así, fue como ver el rostro de una doncella enamorada.

No quería despertarla de este hermoso sueño pero necesitaba saber lo que ella requería.

—¿Busca al amo Erick?— pregunto por intuición.

Liliana sonrió sin ocultar lo feliz que le hacía escuchar ese nombre.

—Si, ¿Sabes donde se encuentra él?

Quería reírse por la tonta expresión de su amo, pero se contuvo.

—Dijo que visitaría el invernadero.

—¿Que?—contesto extrañada, ella desconocía de algo así.

—¿Dónde se encuentra eso?

Félix no contesto, él desconocía por completo que existiera un invernadero y eso se debía porque el nunca salió de la casa desde que llego.

—Tal vez Bruno pueda decirle ya que la señora Didi salió hacer unas compras con los niños.

—Bien...— contesto Liliana dirigiéndose a la salida.

Hasta que se dio cuenta de que su más fiel sirviente no la seguía se detuvo.

Volteo atrás donde él se encontraba, ni siquiera había avanzado un paso de donde estaba.

—Felix~—se burlo descaradamente de su mayordomo que se negaba ir a fuera.

—Tu me acompañarás a buscarlo, así tal vez te acostumbres un poco a la tierra de nuestros zapatos.

-¡¡Demonios!!-maldijo Félix para si.

El en verdad no quería ir o más bien no quería ensuciarse, pero no tenia de otra que acompañar a su Amo.

∆∆∆

Encontraron rápidamente a Bruno que se encontraba arreglando una cerca.