Capítulo 3

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Las miradas curiosas no faltaron cuando ingresaron a la recepción del hotel, entre murmullos, risas y burlas recibieron a Liliana por los pequeños que la acompañaban.

La gente que vestía finos atuendos cubrieron su nariz como si ellos apestaran a la peor cosa de la basura, era humillante que fueran tratados así pero tenían que soportarlo si querían cenar en esa noche oscura y helada.

El joven miro a sus hermanos y les sonrío con ternura, para él era bueno que los pequeños por su inocencia no se dieran cuenta de lo que pasaba a su alrededor y sólo disfrutarán de la majestuosidad de aquel lugar sin darse cuenta de lo demás.

Liliana volteo a ver al prostituto burlándose de la misma forma en que los demás lo hacían, esto hizo que el chico hundiera más su cabeza al suelo por lo miserable que se veía.

Aprovechando este momento Liliana fulmino con la mirada aquellos que se burlaron de los pequeños, el sudor frio y el ambiente del lugar cambiaron de inmediato.

Sí que habían tenido agallas para hacer lo que hicieron, estaban tan avergonzados que fueron dejando discretamente el espacio para que ellos pasaran sin problemas.

El cuarteto de hermanos fue hospedado en la suite presidencial algo que dejo admirados a estos pequeños, Félix sin pensarlo dos veces los tomo del brazo para que tomaran un buen baño y así sucesivamente les seria dado un conjunto de ropa por órdenes de su amo.

El joven prostituto fue el primero en terminar su ducha y ya que sus hermanos seguían en el cuarto de baños se dirigió a la sala donde estaba Liliana que lo esperaba sentada en un cómodo sillón, sus piernas estaban finamente cruzadas mientras que su mano sostenía con delicadeza una taza de té.

Él se sonrojo al verla ya que nunca había visto a alguien tan bella en su vida.

—Toma asiento — señalo Liliana al notar que el chico aún estaba inerte en sus pensamientos. —Primero que nada, ¿cuál es tu nombre?

Una cálida sonrisa se asomó por sus mejillas, se alegraba tanto de que ella le preguntara eso.

—Erick Reiney

—¿Y? — preguntó Liliana algo que Erick no entendió

— ¿Y Entonces qué clase de padres tienes?, haciendo que te prostituyas mientras que tus hermanos corren peligros en un callejón oscuro.

—¿Acaso buscan dinero fácil vendiendo a sus hijos?

Estaba tan enojada con esas personas que no se dio cuenta desde el momento en que la sonrisa de Erick desapareció.

—¡¡¡Qué asco de personas tienes por padres!!!

Al oír esto Erick se llenó de rabia y dolor, el nudo que había estado reteniendo por casi dos meses por fin exploto.

—¡¡NO!!! — grito con furia

La provocación sí que había dado efecto tanto que le asusto al verlo así, esperaba que el llorara pero nunca imagino que él se enojara tanto.

— ¡¡Como te atreves hablar mal de mis padres!!

—¡Ellos fueron los mejores padres que un hijo pudo tener!

Sus palabras dolían por culpa de ella, ahora tenía que aceptar aquello que lo hacían tan miserable.

—Pero murieron hace dos meses en un accidente!

—¡¡Así que no te atrevas hablar mal de ellos!!

—Porque a pesar de todo, ellos comparados contigo son mejores que tú!

—¡¡Nunca juzgaron a nadie!! y tu sin embargo solo hablas sin conocer las razones del porque estoy en ese lugar!

Erick tomo aire después de haber defendido a sus padres, jadeaba y Liliana se apoyó con su mano a su mejilla dándole una apariencia de que no le importaba todo lo que el acababa de decir.

Y es que ella solo vio en Erick Un arranque de ira emocional a lo que Liliana ya estaba acostumbrada.

Mantuvo su aspecto arrogante y con calma dijo — Bien —

Erick apretó sus manos y mordió sus labios con enojo al no escuchar de ella una palabra de disculpa, ella solo dijo "Bien".

¡Que persona tan frívola era esta!

— Entonces debo creer que tú eres el que los "mantiene" con ese tipo de trabajo que tienes?

Erick no dijo nada y asintió, aun no pasaba su coraje como para explicarle que esta era su primera noche trabajando como prostituto y que entre esos dos meses él había estado en diferentes tipos de empleos pero que no alcanzaba para poder sostenerse y rentar algún cuarto barato.

Liliana vio con satisfacción la situación miserable del chico, tomo el teléfono y comenzó a marcar...

—Entonces debo llamar a una trabajadora social para que sean llevados y tal vez después en los orfanatos puedan ser adoptados

El corazón de Erick dejo de latir por unos segundos, con rapidez le arrebato el teléfono a Liliana para que ella no continuara.

—¿Porque haces esto?, solo te pedí que me dieras un poco de dinero para alimentarnos y después yo te pagaría de alguna manera.

—Pero si esto es lo que tenías en mente, ¡Prefiero no aceptar tu ayuda!, Nos iremos y te devolveremos la ropa!

Erick se fue enojado, pero Liliana ya disfrutaba su triunfo con lo siguiente.

—¿Los llevarás de nuevo a ese lugar?

—¿Exponiéndolos a peligros?, Erick no te has puesto a pensar que... Mientras tu estés en "servicio" a tus hermanos les pueda suceder algo?

—Hay muchos degenerados por ahí y muchos gustan de niños como ellos.

— Que pasara cuando tu regreses y no los encuentres?, acaso no serias tú el culpable?

Erick se mantuvo callado e imagino la peor situación posible si eso llegara a suceder, se sentía tan culpable por no poder ofrecer más a sus hermanos.

—Entonces buscare un empleo normal - dijo muy confiado, pero a lo que él llamaba empleo normal era a la explotación que recibía de aquellos sujetos sin escrúpulos que le pagaban un sueldo tan mediocre por verlo tan ingenuo.

Al escucharlo, se burló de la inocencia de su respuesta.

—¡¡Puff!! ¿ Y qué futuro les puedes brindar?

— ¿Crees que con solo pan vivirán para toda su vida?-

—Sin una buena educación, ni una buena alimentación y sin un lugar fijo y con un futuro lamentable..

—¿Es un futuro miserable lo único que les puedes ofrecer?

—Dime, ¿Acaso estoy equivocada?

Erick bajo su cabeza lentamente al recordar que ese era su estilo vida que les había hecho vivir a sus hermanos por casi dos meses y era por eso que optó por vender su propio cuerpo para obtener un poco más de dinero y así poder comprar algo más que solo pan.

—¡¡¿Entonces que debería hacer?!!— dijo con desesperación.

—Yo no quiero separarme de ellos, jure a mis padres que si algún día ellos faltarán yo los cuidaría con todo mi ser!

Liliana se acercó sigilosamente a Erick y de la nada tomo fuertemente sus mejillas.

Estaban frente a frente y la frialdad de su ser salían de aquellos resplandecientes ojos verdes...

—Solo tienes que casarte conmigo.










Te Compre!! Ahora Me PertenecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora