Capitulo 4

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No sabía que decir, aunque después de unos segundos comprendió lo que estaba sucediendo.

—¿Pretende burlarse de mí?— dijo apartándose de ella.

Quien podría creer que una persona tan bella y elegante quisiera casarse con alguien como él.

A pesar de la falsa acusación de Erick, Liliana se mantuvo firme y serena.

—No estoy burlándome de ti, ¿Con quien crees que estas tratando?

Como iba a saber el con quién estaba tratando, cuando apenas acababan de conocerse.

—Entonces, ¿Porqué?—

—¿Porque quiere casarse conmigo?—

Haciendo memoria a la pregunta del chico prostituto Liliana también lo recordó, podría decirse que ella tenía todo lo necesario, belleza, dinero y poder.

Su única falla era la arrogancia —Claro que para ayudarte — contesto irónicamente.

Erick Quería reírse por si quiera haber preguntado —No gracias, no estoy interesado en su ayuda — dijo dándose la media vuelta.

¿De verdad creía que lo dejaría ir tan fácilmente cuando por fin encontró una presa fácil de manipular?

— Si no accedes a mi petición yo me encargare de arrebatarte a tus hermanos.

Sus pasos se detuvieron, no se suponía que pretendía ayudarlo, ¿Que significaba entonces esa amenaza?.

¿Se había equivocado al elegirla como cliente?, o tal vez fue por la estupidez de seguirla hasta este lugar?

—Siéndote franca si no soy yo será otra persona el que te arranque de los brazos a tus queridos hermanos,¿Porque quien podría darle la custodia de tres niños a una persona como tú y sobre todo si se enteran del tipo de trabajo en que te desenvuelves?

Se acercó a el y acarició su rostro con ternura.

—Erick cásate conmigo y yo me haré cargo de ustedes, te daré todo lo que te puedas imaginar.

Eso sonaba bien si fuera un mantenido, aunque después de esas palabras bonitas escucho algo mucho mas aterrador.

—Pero tu libertad me pertenecerá.

Dio dos pasos hacía atrás al notar el cambio de ambiente.

—¿Cual es tu impedimento al no querer aceptar?.

—Lo único que tienes que hacer es Casarte conmigo y entonces te convertiré en mi Perro más leal.

—De lo contrario haré que tus hermanos desaparezcan y tú nunca los vuelvas a ver en lo que resta de tu miserable vida!

Con brusquedad lo empujo y el callo al suelo, no era porque Liliana tuviera una súper fuerza sino porque Erick estaba en ese momento débil, no comía ni dormía bien así que era lógico que ella lo pudiera derivar con tanta facilidad.

Bajo lentamente sus ojos con rendición, ¿que más podía hacer cuándo ella tenía todas la de ganar?.

—Esta bien, Tu ganas.











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