Capitulo 36

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Había diferentes miradas en una habitación, donde el centro de atención era un cuerpo cubierto con profundas heridas.

La mirada preocupada de Didi la hacía lucir pálida mientras que la de Lucia parecía que en cualquier momento se desmayaría.

Y en particular la mirada del claro resentimiento que Félix tenía por Liliana.

Con ojos llenos de desprecio miraba a su amo quien lo había castigado tan injustamente solo por defender una traición que nunca fue cometida.

—El joven Reiney estará bien—explicó con calma el doctor.

—Son solo unas cuantas heridas abiertas pero que cicatrizarán en una semana.

—Las únicas complicaciones que podría llegar a tener son fiebre a causa de las heridas y la incomodidad que sentirá después de unos días.

—Dejare unas pastillas contra infecciones y fiebre, al igual que un ungüento para lograr la cicatrización...

—.....

A pesar de que no era ético preguntar.

Le daba cierta curiosidad el motivo del porque de las heridas de este joven hombre.

—Entonces... ¿Qué sucedió con este chico, Para que tuviera estas terribles heridas?..—

—¿Quién es el responsable de algo tan atroz?—preguntó sin saber que encendía la furia de Félix.

El volteo a ver a Liliana exponiendo su culpabilidad pero nadie de esa habitación la señalo abiertamente.

—.....

El silencio hizo sentir incomodidad al doctor y no volvió a preguntar, solo que era extraño para el ver este tipo de situaciones en un hombre.

Por lo general esto siempre pasaba a la inversa.

—Lo acompañare hasta la puerta—dijo Didi señalando la salida.

—Se lo agradezco mucho— respondió amablemente.

Después de que Didi se marchó con el doctor nada de esa habitación cambio.

Lucia cubrió su rostro para llorar en silencio y Félix no paró de culpar a Liliana con la mirada.

—Déjeme a solas con El—ordeno Liliana mientras se acercaba a Erick.

Pero Félix se interpuso entre ellos dos.

—¿No cree que ya fue suficiente?!— reprocho

—¿O es que pretende matarlo después de curarlo?

La forma en que Félix le habló causo más remordimiento en Liliana. Pero a pesar de ello no cambio de parecer.

—No pedí tu autorización, lo que dije fue una orden!

Félix vio irónico que Liliana le ordenara ya que desde el momento en que mando a golpearlo él ya había renunciado a ella. 

Sin embargo él aún permanecía como sirviente de Erick.

Se negaba a dejar a su Amo con ese ser malvado que no tenia sentimiento alguno.

¿Qué pasaría si ella tratara de atacarlo?

—Por favor Félix te lo pido... —dijo de repente Liliana subajando su orgullo con un simple empleado.

—Solo quiero estar a solas con el....por favor...—en su voz se notaba el arrepentimiento de sus actos.

Félix apretó su mano, el ya no creía en ella y en este supuesto "cambio"

Lucia al verla así sintió lástima por su Amo, tomo del brazo a Félix y con una tierna voz dijo.

Te Compre!! Ahora Me PertenecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora