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Sehun entró en silencio a la habitación, para su tranquilidad JongIn aún dormía tranquilamente.

Se tiró en su cama con una mueca de dolor y comenzó a sonreír de una manera inocente mientras abrazaba a su almohada.

Nunca se imaginó que su primera vez  fuera así, es más; nunca se imaginó cómo sería su primera vez, pero ya había ocurrido a sus inocentes 17 años.

Intentó dormir los que restaba de la madrugada fallando en el intento, muchas cosas pasaban por su cabeza ¿El señor Park era su novio? Según sabía él, eso que acababa de suceder sólo lo hacían las personas que se querían mucho, ¿Al padre Park le gustaba Sehun? Quizás si, ¿Qué pasaría cuando lo volviera a ver? Moriría de vergüenza al encontrarlo mañana en la mañana en cualquier parte.

Oh Dios, su madrugada se basó en plantarse miles de preguntas sobre lo que acababa de suceder. Vino a dormirse por ahí de las 5 am.

—¿Hunnie?— Una mano le comenzó a acariciar suavemente la cabeza— Despierta, Hunnie, llegaremos tarde a la misa.

—Papi— Susurró somnoliento.

—¿Estás bien Sehun? Soy JongIn, te dormiste— Sintió la mano que lo acariciaba tensarse.

Oh rayos.

¿De dónde había salido eso?

—Innie— Susurró recuperando la conciencia y miró a JongIn sentado junto a él, se intentó levantar para aumentar la distancia, pero un dolor en todo el cuerpo se lo impidió.

—¿Sehun? ¿Qué ocurre?— Preguntó preocupado JongIn al ver la mueca de dolor en el rostro contrario.

—Nada, no es nada— Intentó sonreír, pero tenía los ojos brillosos por el dolor que experimentaba— Anda, te alcanzo en un momento, Innie.

JongIn lo miró por unos segundos y con una cara de desconfianza salió de la habitación.

Sehun sollozó al sentir un dolor horrible en la parte baja de la espalda.

El dolor que había sentido hace unas horas no se comparaba nada con el que tenía ahorita.

Con muchísima dificultad se vistió y arregló su cabello un poco, bañarse era una palabra que no le sonaba agradable en estos momentos y menos si se tenía que frotar todo el cuerpo, eso lo haría cuando pasara más el tiempo y el dolor bajara.

Caminó el doble de lento que de costumbre hasta la capilla y se asustó cuando vio a la superiora parada en la puerta con una cara de pocos amigos.

—Llegas tarde, Sehun, entra a escuchar lo que resta de la misa y al terminar me esperas por que te daré un castigo por impuntual— La superiora lo jaló del brazo hasta su banca y lo sentó al lado de JongIn, quien al verlo frunció el ceño.

—Sehun, tardaste mucho en llegar— Susurró a su lado— Vamos a mitad de misa.

—Lo siento— Fue lo único que atinó a responder y deslizó la mirada al suelo.

En el resto de la misa la superiora le llamó más de cinco veces la atención por tener la mirada baja.

Lo que ella no sabía es que si el pobre de Sehun miraba en dirección al altar recordaría todo lo ocurrido en la madrugada y la vergüenza se apoderaba de todo su ser.

Y lo peor de tener la mirada alzada es que su papi parecía tener toda la atención puesta en él y sólo en él.

Podía sentir su penetrante mirada escanear toda su persona, como sí conociera sus pensamientos y éso le impidió concentrarse en la misa.

JongIn lo habló un par de veces, pero fingió no oírlo, no quería sentirse más pequeño de lo que se sentía y más con la mirada de Chanyeol sobre él.

Escuchó como el padre Park daba la bendición a los niños al término de la misa y supo que estaba perdido al ver a la superiora tomarlo del brazo para arrastrarlo consigo.

JongIn no dijo nada al verlo, sabía de lo que la mujer era capaz si le desobedece, por eso sólo susurró un lo siento a Sehun antes de verlo ser llevado de una manera para nada delicada a la puerta.

—Ya tenía tiempo que no desobedecías, Sehun, ya estás grande para saber de memoria el horario y que es lo que ocurre si no lo cumples, niño— La mujer lo llevaba como muñeco de trapo fuera de la capilla.

—¿Superiora?— Habló una voz conocida a sus espaldas.

Lo que le faltaba al pobre de Sehun. El padre Park tenía sujeta del brazo a la superiora, impidiéndole seguir avanzando.

—¿Ocurre algo?— Dijo mirando a Sehun.

—Este muchacho llegó tarde a la misa, cosa que no pasaré de alto y por eso le daré un castigo para que aprenda a ser puntual— Habló la mujer sin soltar a Sehun.

—No se preocupe superiora, si me lo permite, yo le puedo dar un castigo que considere adecuado para el joven— Dijo Chanyeol con una mirada oscura en dirección a Sehun que la superiora no pudo notar.

—Sería una molestia para usted, aparte no quiero que piense que soy una aprovechada, Padre Park— Habló la mujer con un rubor en las mejillas.

—No hay problema alguno, es más, si me lo permite quiero ser yo quien guíe al joven Sehun por el buen camino— Chanyeol miró a Sehun tensarse ante lo dicho y sonrió.

—Me parece perfecto— Dijo la mujer antes de soltar a Sehun del brazo— Me retiro, entonces, sé que dejo al joven Sehun en las mejores manos.

—Dios la bendiga y verá que no se arrepentirá— Sonrió Chanyeol triunfal antes de ver a la superiora caminar en otra dirección.

Miró a Sehun, quien seguía con la vista gacha.

—¿Por qué llegaste tarde ángel? ¿Pensabas en lo que pasó anoche?— Chanyeol sonrió al ver el leve rubor que se acumuló en las mejillas regordetas de Sehun— Cualquiera que haya sido el motivo, lo agradezco por que me permitió ser tu nuevo tutor.

Lo llevó consigo hasta su oficina tomado de la mano, que gracias a la sotana no se veían sus manos enlazadas.

Lo empujó adentro y cerró la puerta con seguro.

—Verás que vamos a disfrutar mucho tu castigo, ángel— Susurró antes de aproximarse a tomar el control de sus labios.

Self Destruction (Chanhun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora