Los 4 jinetes, los mejores ilusionistas del mundo, Daniel, Jack, Merritt y Lula, pero el Ojo considera que necesitan una persona más en el equipo.
Rachel Atlas.
Nadie en el equipo sabe que Atlas tenia una hermana.
Ella es ilusionista igual que los d...
Era el gran día. Rachel y Thomas estaban muy emocionados y muy nerviosos. Thomas se había ido desde muy temprano al Pen House, junto con Dyl, allí se arreglarían para la boda. Rachel y se había quedado en la casa que compartía con su prometido, en la espera de que sus damas llegarán para comenzar a arreglarse. También estaba esperando la llegada de Andrea, la chica maquillista y estilista que se encargaba de arreglar a las chicas en el set de la película, y que también se había convertido en una buena amiga para las chicas.
Una vez que todas estuvieron reunidas, comenzaron a arreglarse. Rachel se encargó de preparar algunos snacks para sus invitadas, mientras que las maquillaban, peinaban o se colocaban sus vestidos de dama. Rachel, obviamente, sería la última a la que arreglaran.
Un par de horas más tarde, las chicas ya estaban todas arregladas y sólo quedaba encargarse de Rachel.
Andrea: Vas a quedar aún más preciosa de lo que ya eres. Thomas morirá cuando te vea.
Rachel: Espero yo que no sea literal, o quedaré viuda antes de casarme.
Las chicas rieron y Andrea comenzó con su trabajo. Primero, hizo un maquillaje lindo y natural y, después, le hizo un lindo peinado.
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Rachel se levantó de donde estaba y, cuando iba a acercarse al espejo, Andrea la detuvo.
Andrea: No. No quiero que te veas hasta que tengas el vestido puesto -sonrío y Rachel asintió.
Entre las chicas, ayudaron a Rachel a ponerse el vestido, los zapatos y el velo. Cuando terminaron, Rachel se acercó lentamente al espejo y se admiró con una enorme sonrisa en el rostro.
(Imaginen que en la foto, la chica tiene un velo y el mismo peinado que les puse arriba)
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Rachel: Ay, por Dios -abrió la boca, asombrada. Sintió sus ojos humedecerse, pero reprimió las lágrimas para no arruinar el maquillaje.
Ava: Te ves muy hermosa. No puedo esperar a ver la reacción de Thomas cuando te vea.
Andrea: Eres el mejor trabajo que he hecho. Estás maravillosa.
Unos minutos después, un claxon sonó, indicando que la limusina que habían contratado estaba esperándolas. Las chicas subieron al auto, que enseguida se puso en marcha hacia la Iglesia.
(...)
Por otro lado, los chicos se encontraban en el Pen House. Estaban los Jinetes, Thomas, Dylan, Ki Hong, Dexter, Will. Estos últimos, juntos con Dany y Jack, serían los padrinos de Thomas.
Los chicos ya estaban en la sala, sólo esperando a que Jack bajara para poder irse. Pero, Jack estaba en su habitación, delante del espejo, sin creer que era el día en que su Rachel se casaría.
Al principio, Jack ni siquiera sabía si iría a la boda o no pero, cuando Thomas le pidió que fuera su padrino, él no pudo negarse. Sabía que era un día importante para Rachel, y también sabía que para Rachel era importante y le haría muy feliz que él y Thomas fueran buenos amigos.
A cada minuto que pasaba, un trozo de su corazón se desmoronaba en su interior. El hecho de haberla dejado ir hace cinco años lo había estado torturando desde entonces, y el no haber intentado recuperarla cuando ella regresó a sus vidas, lo destrozaba cada vez más.
Y era algo que había rondado su cabeza los dos días que siguieron a cuando Rachel apareció después de cinco años, había considerado el pelear por ella y volver a ser feliz a su lado, pero se dio cuenta de lo increíblemente feliz que es Rachel con Thomas a su lado. Por su mente habían pasado todos los momentos que él y Rachel habían pasado juntos y, según recordaba, cuando estaban juntos, ella no era tan feliz como lo es ahora.
Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas mientras seguía frente al espejo, mirando el costoso traje que llevaba puesto. Había perdido a Rachel, de eso estaba más que seguro. Nunca iba a olvidarla y mucho menos a encontrar a alguien que lo hiciera sentirse como cuando estaba con ella pero, al menos, ella era muy feliz y lo sería por el resto de su vida. Eso era suficiente para dibujar una sonrisa en el rostro de Jack.
Un par de toques sonaron en la puerta de su habitación.
Jack: Un momento, ahora bajo.
Rápidamente, limpió las lágrimas de su rostro y bajó a la sala, para unirse a los demás.
Jack: Lamento la tardanza. Ya podemos irnos -dijo con una sonrisa en el rostro, algo falsa, pero nadie lo notaría.
Los chicos salieron del Pen House y subieron a los autos, rumbo a la Iglesia. Rumbo a aquello que terminaría por romper el ya bastante destrozado corazón de Jack.
