Mi corazón latía intensamente mientras caminaba de la mano de Ricktter, él estaba tan elegante, lo miré tímidamente, era tan alto, sus hermosas orejas estaban alerta, me miró al sentir mi mirada, no nos dijimos nada.
- Ricktter...Tengo...- Susurré apretando su mano.
- ¿Vergüenza?.- Preguntó algo molesto, luego me jaló fuerte hacia él.- Morty puedo sentir el olor de la vergüenza, todos los alfas podemos con los omegas, así que no estés así o los demás alfas lo entenderán como un rechazo a mi de tu parte.
- Pero es que no me avergüenza eso... Es que ... Pasó una semana no crees que es muy ... ¡Dirán que soy un insaciable!.- Por fin salió la verdad que me agobiaba.
- Joder ... - Insultó mi alfa y comenzó a reír yo lo miraba angustiado ahora me llevé las manos a la cara entrando en pánico, antes que yo lo notara me tomó con sus grandes manos del rostro y me dió un beso largo y hermoso, mi mente se despejó por un momento y le correspondía torpemente.
- Gracias... Ricktter, debes saber que jamás me arrepentiría de estar a tu lado, mi cuerpo duele pero ... No me arrepiento de esta semana a tu lado.- Susurré en sus labios cálidos.
- Entonces levanta la frente que eres el Morty de entre los Mortis.- Nuevamente recobró la compostura y me tomó de la mano mientras avanzamos bajando la escalera, abajo estaba como siempre el mayordomo Rick beta y el jefe de ayudantes Morty también parados al pie de la escalera mirando al frente como solo unos buenos empleados de un palacio podrían.
Al pasar enfrente de ellos pude mirar de reojo un guiñó del Morty beta que me sonrió cómplice, me sonrojé tímido al pensar que estuviera escuchando mis gemidos toda la semana, pero me recompuse de inmediato al pensar en el orgullo de Ricktter, no podía hacer que él se sintiera inferior a los otros alfas.
Al entrar al gran comedor estaban como de costumbre los omegas sentados en orden en la mesa bebiendo sidra sin alcohol y comiendo en un orden abrumador.
Se levantaron entonces al vernos e hicieron la reverencia, sabía que no era por mí más bien por el líder de la gran metrópolis.
Nosotros devolvimos la reverencia inclinandonos ligeramente, Ricktter me dió un pequeño empujón indicándome que debería ir a sentarme, caminé lo más elegante que pude disimulando el dolor en las piernas y trasero, me mordí el labio inferior tratando de despejar mis sensaciones por un momento, pero no funcionó el dolor era aún mucho me detuve en seco antes de dar un paso para llegar a mi silla.
Sentí una mano sujetar mi brazo para evitar que me cayera como si supiera lo que me pasaba el morty de cabello rubio y piel caramelo me miró y sonrió amablemente.
- Te ayudaré.- tan amable me ayudó a sentarme, le sonreí y agradecí susurrando.
- Valla Rick, lo dejaste mal.- Dijo el Rick de bigote dándole una mordida a su filete, mi amo se atragantó un poco con el vino y pude notar un leve sonrojo en su rostro, sonreí de satisfacción sabiendo que también estaba algo apenado por nuestro celo tan largo.
Todos proseguimos a comer sin hablar más al respecto, los otros Mortis me miraban sonrientes ahora, sabía que todos ellos pensaban en mi y Ricktter haciéndolo, de nuevo me sentí acalorado.
Cuando acabamos de comer, los Ricks comenzaron a hablar de temas políticos y los 6 mortys se pusieron de pie de inmediato lo hice también ellos salieron en orden los seguí sin preguntar, entramos a un salón lleno de cojines enormes y todo tipo de juegos, sonreí maravillado por todos este lugar, era completamente diferente a las habitaciones del castillo.
- Está es nuestra sala de recreación, aquí venimos a jugar cuando estamos aburridos de nuestros alfas - Sonrió feliz el morty de cabello largo y rubio.- Mi nombre es Morty 2, ya lo sabés
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El Vínculo Del Omega
Kurt AdamEn un mundo regido por los caninos este lobo llegará a formar parte de un miembro de la corte de la ciudad principal, con o sin consentimiento deberá concluir el vínculo que inicio una noche de invierno.