¿AMIGAS?

CAPÍTULO 9

Luisita

Salí corriendo del restaurante, no sabía hacia dónde iba, simplemente corrí, mi vista no estaba del todo clara y sentía que me faltaba la respiración, mientras corría imágenes de Amelia llegaban a mi mente, Amelia de niña, Amelia sentada conmigo en la clase, Amelia conmigo en el descanso compartiendo la merienda, Amelia protegiendome de alguno que quisiera hacerme bulling, Amelia levantándome cuando me caía en la bici, Amelia y yo peinando y vistiendo las muñecas, Amelia en el instituto en la universidad, Amelia haciendo los trabajos conmigo, Amelia escogiendo la clase de literatura en ves de música porque a mí me gustaba más esa, Amelia conmigo en mi casa, en mi cama, riéndonos, siempre riéndonos, Amelia cubriendo alguna travesura mía, echándose la culpa para que no me regañaran, Amelia refugiándose en mi casa, en mi familia porque la suya no le daba el amor que necesitaba, Amelia confundida porque no le gustaban los chicos pero tampoco había ninguna chica en la escuela que le llamara la atención, Amelia aceptando definitivamente que era Lesbiana y yo abrazándola diciéndole que no la rechazaría, Amelia en las navidades, Amelia en el día de reyes, Amelia en los cumpleaños, Amelia con los amigos de siempre que eran los míos también, Amelia atendiendo en el Asturiano cuando alguno de nosotros no podía, Amelia cantando en el King's, Amelia cuidando a mis Hermanos pequeños, Amelia viendo partidos del Atleti con papá, riéndose con él, llorando con él si su equipo favorito perdía, Amelia cocinando con el abuelo, Amelia pidiéndole consejos a mamá, Amelia con María, ayudándola arreglarse el cabello para una cita, emocionada con su ropa, Amelia escuchando a Manolin sus historias de amor y ayudando a conquistar alguna chica, Amelia llorando conmigo porque algún chico me rompió el corazón, Amelia, Amelia Amelia, siempre Amelia.

Como fui tan ciega, como no me di cuenta y sin pensar estaba en el parque el Retiro, llegué a una banca y me senté, necesitaba respirar, las imágenes no paraban de dar vueltas en mi cabeza, necesitaba a mi amiga que me consolara, que me abrazara, cuando estaba deprimida un abrazo de ella era suficiente, aunque ahora que lo pienso con tristeza o con alegría un abrazo suyo siempre me reconfortaba y noooo no puede ser como proceso todo esto, como asimilo este sentimiento, como la veo ahora a los ojos? Como la abrazo sin sentirla mi amiga si no mi AMOR? 😳 Que revuelta tengo la cabeza y el corazón, Maldita Lourdes veniste a voltearnos la vida... No, no, no me gustan las mujeres".

Y lloré con más ganas necesitaba un abrazo pero no me sentía con fuerzas de moverme de ahí cuando unos brazos me rodearon y lo agradecí solo me dejé abrazar y me dejé calmar, cuando pude darme cuenta quien era fue extraño porque era la persona que menos hubiese pensado en el mundo, SARA, que hace ella dándome un abrazo y de golpe mis lágrimas sesaron y me retiré.

- Hola Luisi - Me dijo con esa sonrisa que siempre creí falsa.

Sara fue una de esas mujeres con que Amelia intentó tener algo sin éxito y cuando decidió romper todo vínculo con ella yo lo celebré.

- Que... Que... Que haces acá Sara? - Aún estaba conmovida con lo que me estaba pasando.

- No te preocupes, tranquila, solo es que estas vulnerable y necesitas un abrazo. - Y me sonrió otra ves, de alguna manera tenía razón y me dejé abrazar.

Fue un abrazo sutil sin emoción para mí, en nada se parecía al que me daba Amelia, María o incluso Marina pero lo acepté, en ese momento ella era la que estaba ahí y de cierta forma se lo agradecí, ella no dijo nada en varios minutos, entendiendo que yo necesitaba aclarar mis sentimientos, yo seguí absorta en mis emociones y ella me abrazaba, si antes me hubiesen dicho que esto pasaría me les reía en la cara.

Por extraño que parezca logré tranquilizarme y ella me ofreció un pañuelo para que limpiará mi cara y fue por una bebida la cuál agradecí porque mi garganta estaba seca.