CAPÍTULO 1

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Amelia

Abrí la puerta pensando que ya era hora de hacer mi vida sin pensar en Luisa Gómez y Lourdes me daba esa posibilidad, era una mujer inteligente, guapa y muy divertida que llevaba tiempo queriendo algo conmigo y yo no le daba la posibilidad, hoy sería ese día.

Lourdes era una abogada muy responsable, tenía su propio Bufete, que aunque pequeño era muy bueno, nos conocimos desde jóvenes y siempre supe que gustaba de mí pero por alguna razón nunca le dí la oportunidad de acercarse.

- Pasa por favor que no muerdo - le dije coqueteando.

- Si quieres morder yo me dejo - Me contestó en el mismo tono.

Me acerqué hasta quedar muy cerca y sin quitar la mirada de sus labios mordisquie el mío con ganas de provocarla.

Ella era consciente de lo que hacía y se acercó más y me dice - Mi labio inferior está celoso.

- A sí? Y porqué? - Volviendo a mordisquerme el labio.

- Porque dice que eso deberías hacerlo a mí - y sin decir más terminó con la distancia y me besó, un beso profundo, suave pero firme, donde su lengua reclamaba por entrar y entreabri mis labios para dejarla pasar, fue una danza armoniosa de nuestras lenguas y comencé abrazarla como si en eso se me fuera la vida, la besé con rabia, con pasión, con lujuria, con todas esas ganas que tenía contenidas por darle esos besos a otra persona, sé que no era justo con ella pero ya no podía más y la miré fijamente pidiéndole permiso para llevarla a mi habitación y sus ojos reflejaban las ganas de querer ir, seguimos en esa danza de lenguas hasta llevarla a la cama, le quité la ropa con prisa para demostrarle que la deseaba con todo mi ser (o eso me quería hacer creer), cada prenda que le quitaba era una frustración que quería tirar y en poco tiempo estábamos desnudas sin más que nuestras bragas comencé a besar su cuello y sentía sus gemidos, en un movimiento rápido que hizo la tuve sobre mi con su pechos invitándome a tocarlos era hermosa y ella se posó en mi cuello y me besaba y me hacía sentir deseada su respiración me decía que tan exitada estaba y eso me exitaba más, cerré mis ojos para sentirla mejor pero fue el más grande error que cometí porque solo veía a Luisita, con sus ojos marrones hermosos viéndome, con su sonrisa de niña pícara, con sus labios carnosos en puchero y quise sacarmela de la cabeza y enfureci por permitir que eso pasara, abrí los ojos para que se fuera y ahí estaba Luisa sobre mí mirándome con sus ojos hermosos y la besé, la besé para decirle que la amaba que la he amado toda mi vida, que no hay otra mujer en mi vida, solo tú Luisa Gómez, sólo Tú y nadie más que Tú en mi vida, ella notaba el hambre en mi boca y quiso darme más y sentí como iba dejando besos húmedos a través de mi cuello de mis pechos, lo que acarició con sus labios y yo no quería que parara necesitaba sacarme a Luisita de la cabeza... Y de pronto sonó el timbre, quise hacer caso omiso a eso y seguí besándola pero el timbre sonaba con mucha insistencia, ya era intenso el sonido.

- Esperas a alguien? - Me dice Lourdes levantando la cabeza y casi molesta.

- No, no espero a nadie, además es tardísimo.

- Entonces abre antes que te tiren la puerta.

Y supe que la magia se había perdido. Me puse una bata y fui abrir realmente frustrada por todo.

Abrí la puerta y ahí estaba.

- Luisita? Que haces acá a esta hora y ese estado?

- Si te hubieras dignado contestar el teléfono no me tendría que emborrachar sin mi mejor amiga. - entró torpemente a la casa casi cayéndose.

- Queeee?

Entró a la cocina buscando algo.

Fui al cuarto a buscar a Lourdes y se estaba cambiando.

- Por favor espera sí? Preguntó qué le pasa y le pido un taxi.

- No creo que ella quiera irse ahora para su casa, además es LUISA GÓMEZ y para ti no hay nadie más importante.

No pude refutar eso y solo agache la cabeza.

- Quedate por favor, ella no va a durar mucho más despierta - le dije para que supiera que quería estar con ella.

Y Luisita grita desde la cocina: DONDE CARAJOS TIENES EL ANÍS? Estas cañas no están muy frías - dice ya entrando en la habitación y ve a Lourdes que ya está cambiada.

- Ups parace que interrumpí, tu quedate que yo me quedó tranquilita en la sala. - y erupta.

Lourdes hace un gesto de asco y sale, solo me mira como con resignación.

- Uy parece que la Lourdes se fue molesta, jajajajaja, lo siento, lo siento no sabia, pero si tienes el teléfono apagado, un momento, un momento, estabas follando? - y pone cara de alarma para después reírse - jajajajaja te espante el polvo amiga, perdoname no era mi intención, si quieres la busco y le explico. - y me hace un puchero de esos que me matan.

- Que te pasó porque estas así - dije ya resignada.

- Mi triste historia, la vida que llevo, amiga ud cree que yo estoy pagando un karma? Yo creo en en otra vida fui un alce, por eso de los cuernos, tu me entiendes?

- Que pasó con Pablo, Luisita - Dije volteando los ojos.

- Has de creer que me volvió a poner los cuernos? A mí? A Luisa Gómez Sanabria? Amiga dígame si eso está en el orden de las cosas.

Esta noche iba hacer larga y solo le quité la cerveza y la levanté.

- Ya es suficiente Luisita, vamos a la cama. - contra su voluntad pude llevarla al cuarto.

- Cuántos cachos más crees que aguante, porque ese hijo de puta me tiene que tratar así?

Y cerré lo ojos para que no viera mi rabia y mi frustración, yo siempre me hago la misma pregunta--Cuantos cachos más vas a guantar Luisita?

Y al abrirlos está frente a mí y de pronto se queda callada y me mira esta vez su mirada es diferente es como si viera por primera vez a través de mi alma.

- Porque los novios que he tenido no pueden ser como tú? Tú si me conoces, sabes lo que hay en mi corazón, porqué no fuiste hombre Amelia Ledesma.

Y esas palabras entraron como daga a mi corazón no sé en qué momento se acercó tanto que podía sentir su respiración, tanto que me sentí embriagar con ella y no pude contestar.

- Tu eres mi complemento perfecto, tú Amelia, solo tú.

Y ahí estaba yo con mi desgracia escuchando lo que no debía escuchar del amor de mi vida más borracha de lo que nunca había estado y que seguramente mañana no se acordaría de nada y como una cachetada de la vida reaccioné ante esas palabras.

- Solo acuéstate que mañana será otro día.

La vi dormirse y sólo pude contemplarla, así la amaba y no sé si para mi desgracia o para mi fortuna así la iba amar toda mi vida.

¿AMIGAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora