CAPÍTULO 25

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Luisita

Por más que trato todos los días de dar explicación a la ausencia de Amelia nada me logra dar respuestas a todas estas interrogantes que tengo en mi mente, pero más en mi corazón.

Los días pasaban lentos, eran una fotocopia todos los días, todos los días la misma rutina y eso en vez de calmarme me estaba frustrando mucho.

Por mi paz mental decidí cerrar mis redes sociales, correos electrónicos, cambié mi número de celular, no quería darle ventaja a quien quiera que fuera el malnacido que nos hizo todo esto, pero además no quería ver mensajes de Amelia, no soportaba el hecho de haber decidido ceder ante las amenazas y alejarse de mí, su cobardía me llenaba de coraje y no estoy dispuesta a permitirle jugar así con mis sentimientos, no sé de racionamientos, ni de teorías conspirativas, sólo sé que no está conmigo en este momento y va ser muy difícil que se lo perdone.

Sigo sin creer que haya preferido poner tierra entre nosotras antes que luchar juntas, sigo sin entender y no sé qué va a pasar, pero esto es más grande que yo.

Mi sonrisa se había ido con ella, mis ganas y mi fe, solo quiero que vuelva para que me las devuelva.

Debes saber
que este vacío no está solo
y de a poco se llena con el murmullo del mar, la Luna
y el canto de las aves nocturnas.
Debes saber
que este vacío
no se rinde a la nostalgia
y sueña con un mañana.

El último mensaje que recibí de Amelia y me llena de rabia pensar que estamos así.

"Y levanto los ojos hacia
la ventana y pienso,
ya no sé dónde estás,
y sigo andando y me pregunto
adónde va la vida
cuando se detiene."

Mi mente viaja a su lado, viaja a su alma, viaja a sus ojos viéndome, y no quiero sentir, pero siento, y no quiero amarla como la amo, pero estoy perdida en un amor que se fue lejos de mi alcance, hablo con su ausencia y le reclamo:

"- Yo no podría dejar de amarte, aunque quisiera.
- ¿Lo has intentado?
- Sí."

Suena en la radio Duele, de Chenoa, parece que el mundo conspira en mi contra:

Por qué el destino es tan difícil de explicar
Yo te esperaba como siempre en aquel bar
Y poco a poco se enfriaba mi café
Igual que mi esperanza de volverte a ver

Voy reviviendo recuerdos
Mirando los besos que otros se dan
Creo escucharte a lo lejos
Y me parte el alma el ver que no estas

Y duele... duele
Sentir ese golpe en la vida que marca por siempre
No sabes cuánto duele... duele
Tragarme esta pena de un sorbo al saber que no vuelves
No sabes cuánto duele

De vez en cuando vuelvo a entrar a ese lugar
Pido la misma mesa y me siento a esperar
Voy reviviendo recuerdos
Mirando los besos que otros se dan
Creo escucharte a lo lejos
Y me parte el alma el ver que no estas

Y duele... duele
Sentir ese golpe en la vida que marca por siempre
No sabes cuánto duele... duele
Tragarme esta pena de un sorbo al saber que no vuelves
No sabes cuánto duele

Pienso a veces tanto en ti
Y me parece encontrarte en otras caras
Y tu silla sigue ahí
Por si quieres regresar

Y duele... duele
Sentir ese golpe en la vida que marca por siempre
No sabes cuánto duele... duele
Tragarme esta pena de un sorbo al saber que no vuelves
No sabes cuánto duele...
Ooohh duele...

¿AMIGAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora