CAPÍTULO 16

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Amelia

Que días estos, ya era viernes y debía hacer aún algunas llamadas para que este fin de semana fuera perfecto, Maria me había dado el contacto del hotel y necesitaba llamar para que tuvieran listas varias cosas que necesitaba.

Marco el número y fui atendida enseguida:

- Hotel Luna de Cartón, Buenos días, ¿mi nombre es Tania en que puedo servirle?

- Hola Tania, te habla Amelia Ledesma, hay una reserva a mi nombre en el hotel este fin de semana.

- Hola Amelia un gusto, me permites y reviso la reserva? - Se hizo un silencio y enseguida siguió hablando- Por supuesto, está reservado para el sábado hasta el lunes en la mañana.

- Perfecto, quisiera pedirles algo, si es posible... voy con mi pareja y quisiera que la habitación tenga vista al mar y algún equipo de sonido para reproducir además que me gustaría que esté decorado con margaritas y una bandeja de fresas, ¿me puedes ayudar con eso?

- Claro que sí, con mucho gusto, nuestro deber es servirles.

- Muchas gracias señorita, mañana estaremos ahí.

Quería ver a Luisita antes de mi presentación hoy en la noche y fui al asturiano, solo fue verme y se le dibujó una sonrisa hermosa.

- Holaaa - Mordiéndose el labio inferior y mirando los míos.

- Hola Luisita, ¿qué tal el día? - Le respondí mirándola igual para que supiera que también la quería besar.

Y en ese morder de labios y miradas nos sorprendió la voz elocuente de Marcelino.

- Ameliaaaaa, niña días sin coincidir tú y yo - Me dio dos besos y vi quien estaba detrás de él - Mira te presento a Sebastián, el sobrino de Sebas.

No me gustó ni poquito las intenciones de Marcelino.

- Hola, mucho gusto, Amelia Ledesma - Le dije con el semblante serio.

- Hola, mucho gusto - Respondió el con una sonrisa tímida pero que mostraba tranquilidad y nobleza.

- Y ella es Luisita, mi hija querida - Dijo Marcelino orgulloso. - Luisi es una niña muy linda y responsable que ayuda mucho a su familia, ¿a que sí Amelia? - Y me guiño un ojo.

El plan de Marcelino estaba en marcha y yo me sentía frustrada de no poder hacer nada.

- Bueno Amelia que tal si me acompañas un momento a la terraza y nos tomamos un café tu y yo? Quiero comentarte algo - Me dice Marcelino en un tono cómplice, pero Luisita habla por primera vez.

- Papá por qué no vas sentándote es que debo decirle algo a Amelia y no da espera, ya ella te alcanza, ¿Sebastián quieres esperar un momento? Nosotras no demoramos.

Y así me tomó de la mano y entramos al almacencito junto a la cocina, sin decirme más nada me toma la cara y me regala un beso delicioso, se pega totalmente a mí, con una mano rodea mi cintura y con la otra me toma la cara, yo respondí y para que no quedara dudas de mis ganas la abrazo por la cintura y dejo que su lengua juegue con mi boca, fue un beso delicioso, profundo, con ganas, cuando ya faltaba el aire me soltó y aun agarrando mi barbilla me dice - Esos labios me van a volver loca - Estaba totalmente roja, muestra de las ganas que tenía y me acerqué y esta vez la besé yo y atrayendo su cintura hice tocar nuestros centros y mordí su labio inferior para confirmarle que yo estaba igual.

- Estos labios son solo míos - y dándole un beso tierno le dije - Ahora salgamos porque no me va importar que tu padre te esté esperando con un pretendiente - Mi semblante era de total deseo por su cuerpo y quería dejarle claro que no me importaba lo que su papá estaba haciendo, yo defendería mi amor como fuera.

¿AMIGAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora