• 26 •

437 71 16
                                    

Lentamente, Changkyun se aproximó al mayor, sin perder el contacto con sus sorprendidos ojos y acortó la distancia entre sus cuerpos, sus rostros quedando a pocos centímetros. Con una burlona y atrevida sonrisa en sus labios, el cobrizo buscó una de sus pequeñas manos y entrelazó sus dedos dulcemente. 

— ¿Sucede algo? — Le preguntó en un bajo murmullo, con el ceño ligeramente fruncido por su silencio. Estaba más acostumbrado a las rápidas ocurrencias y comentarios oportunos de su parte que a esta actitud tímida suya.

Pero entonces, Kihyun pareció recomponerse y se alejó unos centímetros para luego mirarle un segundo a los ojos y luego mirar disimulada a su alrededor, sin embargo, no soltó su mano.

— Perdon, yo… Estás increíble hoy — murmuró, avergonzado de repente.

Changkyun sonrió ampliamente, encantado con el sincero elogio del castaño y, armándose de valor, se inclinó rápidamente para dejar un dulce y casto beso sobre su mejilla. Kihyun rápidamente le miró pasmado mientras su rostro se tornaba levemente rojizo.

— Es por el sweater — Comentó el menor, todavía mostrando su sonrisa mientras tomaba la prenda con su mano libre para moverlo un poco — Es un buen regalo, gracias Kihyunie.

— Yo… — Intentó explicarse, pero los nervios momentáneos le dificultaba hallar las palabras exactas.

— Dodo me lo dió esta mañana cuando hicimos la última revisión… fue un bonito regalo de tu parte, ¿Porque no me lo diste tú? — Preguntó entonces el menor, buscando sus ojos con la mirada.

Kihyun mordió sus labios por los nervios, mirándole en silencio.

— No pensé que fuera tu estilo y… me daba vergu… — Nuevamente, los cálidos labios del cobrizo se posaron sobre su mejilla y al separarse, Changkyun le sonrió — No hagas eso, nos pueden ver… — Murmuró entre dientes el castaño, mirando alrededor.

Pero Changkyun simplemente rodó sus ojos y acarició el dorso de su mano suavamente con el pulgar — Ya te han visto en mis pinturas, tonto… Además, lo que diga la gente de mi no importa, tu si importas y tu regalo me ha encantado, gracias por ello — Concluyó con un tono de voz seguro, mirándole atentamente.

— Pero yo… — Nada, simplemente calló, sabiendo que tenía razón y solo estaba sobrepensando las cosas. Con su silencio, una nueva sonrisa apareció en el rostro del cobrizo a su lado.

Se quedaron mirando durante unos segundos, en silencio y completamente ajenos a su alrededor, como siempre les pasaba cuando estaban juntos. Pero antes de que Changkyun retomara la conversación sobre la exhibición, unos pasos acercándose junto con el llamado de su nombre les alertó, mirando ambos en dirección de donde provenía la voz.

— Changkyun… Oh, ¡Kihyun!, que bueno verte — La tranquila y agradable voz de Hyunwoo resonó y, en pocos pasos, el moreno se encontraba a su lado con una cálida sonrisa en su rostro.

Casi con alivio, y quizás sintiendo vergüenza por encontrarlos nuevamente en una posición íntima con el cobrizo, Kihyun dió unos pasos de distancia del menor y, formando una tímida sonrisa, saludó al mayor a su lado.

— Buenas tardes, Hyunwoo — Extendió su mano y la estrechó con el moreno, quien devolvió el gesto, todavía con una sonrisa en sus labios.

— Es bueno verte de nuevo, ¿Qué tal te ha ido con tu madre en la cena de la otra noche? — Hyunwoo preguntó casualmente, para comenzar una breve charla informal.

Pero la pregunta tomó a Kihyun desprevenido y al escuchar sobre su madre, su cuerpo se tensó automáticamente, pero con una incómoda sonrisa, el castaño disimuló su malestar.

 Not Mine || Changki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora