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— Ten cuidado con eso… — Changkyun habló sin prestarle mucha atención al mayor, concentrado en que su tableta digital encendiera correctamente, pero el repentino sonido a sus espaldas le sorprendió y se giró a ver  rápidamente — ¿Qué ocurrió?

Del otro lado de la habitación, Kihyun le miraba con gesto avergonzado y en sus manos sostenía con fuerza una maceta gris mediana, las hojas del ficus moviéndose por la sacudida. Sus miradas se encontraron por un instante, y luego Changkyun se rió del mayor.

—S-se me resbaló… — Balbuceó el pelinegro, avergonzado. El menor negó suavemente con la cabeza y se acercó hasta donde estaba el contrario, tomando de sus pequeñas manos la planta para luego dejarla donde la necesitaba — Yo podía con ello — Murmuró por lo bajo Kihyun, marcando un ligero puchero sin darse cuenta.

Changkyun le dió una rápida mirada, una vez que se había erguido de nuevo, y sonrió tiernamente al ver su gesto, mostrando así sus hoyuelos. Se le acercó lentamente y robó un suave beso de los labios del mayor, Kihyun sonrojándose pero correspondiendo a sus caricias.

— Te dije que tuvieras cuidado — Susurró el cobrizo sobre su boca, con su voz una octava más grave.

— Lo tuve… solo me tropecé con el sillón al girar — Respondió el mayor, evadiendo su intensa mirada pero manteniendo sus manos aferradas al sweater beige que vestía el menor ese día.

Changkyun solo asintió, dejandoselo pasar sin más, y tomó con cuidado las manos del pelinegro para cubrirlas con las suyas. Kihyun se sobresaltó al sentir el frío de sus dedos y después sintió sus orejas arder cuando Changkyun las llevó hasta sus labios para depositar un tierno beso allí antes de separarse y llevarlo con él hasta el borde la cama. 

El mayor no pudo evitar mirar la unión de sus manos, entrelazadas, mientras seguía sus pasos sin resistencia alguna. Su mente se trasladó una semana atrás, cuando tuvieron la cena en su departamento y hablaron sinceramente sobre su relación. Ambos lo sabían en ese momento, que estaban extendiendo algo finito… que pronto deberían tomar caminos separados. 

Pero Kihyun lo quería así. Quería saber que se sentía tener una relación con alguien a quien de verdad amaba, aunque al final de la historia terminara otra vez solo y con el corazon partido. Simplemente no pudo hacerse a un lado y evitar al menor… simplemente, lo quisieron así. Changkyun, implicitamente, estuvo de acuerdo con el mayor, por que fue él quien propuso ir lento y simplemente disfrutarlo, dejarse llevar por lo que sentían ambos en el momento, sin pensar en ese futuro incierto y cercano.

Mientras el pelinegro se recostaba sobre las mantas, Changkyun se giró para tomar la tableta y su lápiz digital de la mesa que estaba repleta con materiales artísticos esparcidos en todo su ancho.

— Bien, intenta recrear esta pose y luego seguimos… — Acercándose, le mostró la imagen que se lucía en la pantalla del aparato. Kihyun estudió detenidamente la fotografía por unos segundos y luego llevó sus manos hasta el cuello de su camisa, buscando la oscura mirada del menor como consultando si eso estaba bien. Al verle asentir, Kihyun quitó tres botones, extendió un poco las mitades de la prenda para abrirla y luego apoyar sus brazos hacia atrás sobre el amplio colchón, adoptando una postura relajada — Ahora… abre un poco tus piernas — Sugirió el menor.

Kihyun le miró con cierta duda, y una ceja se disparó en un gesto de protesta — ¿Qué pretendes ahora? 

El menor le miró sorprendido y luego frunció el ceño ligeramente, estaba siendo serio en ese momento. Pero al ver su expresión, en esa posición tan distendida, su mente rapidamente ideó una travesura.

 Not Mine || Changki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora