• 27 •

471 70 12
                                    

La muestra fue un éxito por completo. En cierto momento, el lugar estaba repleto y Chagnkyun incluso fue entrevistado por algunos columnistas de arte, ciertos estudiantes de periodismo que administraban una página web alternativa, y hasta un influencer que subió algunas fotos a sus redes sociales.

Luego del breve encuentro con Jooheon, el pelinegro fue presentado por el mismo Changkyun con su primo, Hoseok, quien se mostró encantado de conversar con él y hasta se ofreció para acompañarlo mientras terminaba de admirar las secciones que aún no había visitado. Para sorpresa de Kihyun, ese joven de gran contextura y sonrisa gentil fue un escolta interesante de conocer, ya que su personalidad era más cálida y agradable en comparación con el carismático y callado cobrizo que traía loco a su corazón y mente por igual.

Si, era consciente de ello. Ya no se veía capaz de negarlo, ni siquiera en sus propios pensamientos, pero con este reconocimiento, le sobrevenía una nueva preocupación, ¿Que haría ahora?

Una hora después, ambos regresaban con pasos tranquilos al sector principal de la muestra, donde Kihyun logró visualizar tanto a Dodó como a su mejor amigo, enfrascados en una seria conversación con un hombre que demostraba, con su elegante porte, ser alguien importante. No queriendo interrumpir ni colarse en lo que fueran que estaban hablando, Kihyun simplemente dió una discreta mirada a su alrededor.

Si bien la compañía de Hoseok fue de gran ayuda, para ese momento, el pelinegro ya comenzaba a sentir una pequeña molestia recorrerle la nuca y bajar, en forma de escalofríos pequeños, por su columna. “Me siento un poco… fuera de lugar aquí, quizás debería…” pensó entonces, notando la ligera incomodidad de no conocer a nadie y tampoco saber qué hacer.

Con la timidez a flor de pie, y sin poder encontrar al cobrizo entre la multitud, terminó por despedirse cordialmente de Hoseok, quien mostró en su rostro cierta comprensión y desilusión al mismo tiempo, y además le pidió que se despidiera con Changkyun en su nombre. El mayor aceptó, y con eso, se retiró sin más del lugar.

Actualmente, Kihyun miraba el techo de su sala mientras descansaba a lo largo de su sillón, sin dejar de darle vueltas a las cosas en su mente. Había llegado, se había dado un largo y reflexivo baño, y finalmente, había ido hasta su salón para dejarse caer en el cómodo asiento. Changkyun invadía sus pensamientos nuevamente, no dejaba de repetir las caricias y susurros compartidos en la exhibición y sus mejillas ya mostraban una fuerte tonalidad rojiza.

Suspiró y luego frotó su rostro con las palmas de sus manos, sintiendo todo el cansancio acumulado por tan largo día y, el hecho de que Changkyun expusiera un cuadro donde le retrataba perfectamente cuando eran jóvenes, no le ayudaba a su mente confusa. 

"Debería simplemente aceptarlo y ya… Pero es que… Déjalo ya, Kihyun, mejor preocúpate sobre qué cenar… pediré delivery", y como si estuviera alguien leyéndole la mente, su timbre sonó tres veces seguidas antes de regresar al absoluto silencio en el que Kihyun se encontraba.

Extrañado por el sonido, se levantó y fue a abrir con pasos lentos, encontrándose frente a él a Changkyun. El menor le miraba en silencio, con una pequeña sonrisa en sus labios y una caja de pollo frito en sus manos.

— ¿Puedo pasar? — Preguntó, tímidamente.

Completamente pasmado, Kihyun solo atinó en asentir, hacerse a un lado y permitirle el paso a su hogar.

———


No lograba comprender del todo esta situación. Él  se encontraba en la cocina de su departamento, en pijamas y despeinado, hasta con su anteojos de descanso puestos, mientras que el mismo chico que hacía estragos en su corazón con una simple mirada se paseaba de aquí para allá. Changkyun buscó y se encargó de preparar sus platos y finalmente, se sentó a su lado cuando todo estaba en su lugar, dispuesto a disfrutar de tan improvisada cena junto al mayor.

 Not Mine || Changki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora