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Seguía la dirección que mostraba la pantalla de su teléfono, con pasos apresurados y su respiración ya agitada, sosteniendo con fuerza el paraguas y mirando bien a su alrededor para no tomar el callejón equivocado.

Kihyun había activado su ubicación en tiempo real, por lo que el menor podía seguirle el rastro, al menos por la siguiente hora, sería suficiente para encontrarlo por qué no estaba lejos, sin embargo, lo que más preocupaba al cobrizo fue la forma abrupta en la que la llamada se cortó.

Doblando a su derecha, se adentró más en el estrecho pasadizo que había entre dos casas y siguió caminando, pero al ver a la menuda figura, inherte y temblorosa, su cuerpo se congeló en el lugar.

Kihyun… él estaba igual que seis años atrás, cuando se despidieron. Él… sollozaba bajito mientras miraba a su celular en su mano, pero terminó levantando su vista cuando escuchó sus pasos.

Tenía sus hombros tensos y derechos, su cabeza baja, escondiendo sus rasgos y lágrimas, sus manos fuertemente apretadas en puños, ahora cayendo a sus costados, y su cuerpo ligeramente temblando, por la fría lluvia que caía sobre ellos, a Changkyun le recordó el jovencito de sus pensamientos, llorando por su amor aquella tarde

— Dijiste que vendrías por mi… — Sus palabras se clavaban en su pecho, era la misma escena.

— Yo… me tardé un poco — Pronunció, su voz temblorosa por los repentinos y traicioneros nervios — ¿Estás bien, Kihyun?

— Era un perro malditamente grande… — Su voz fue arida y temblorosa, su vista desviándose por un momento, mordiendo sus labios — tuve mucho miedo, maldita sea — Murmuró, con los dientes apretados.

Changkyun sabía sobre el terror que le causaban los perros al mayor, ahora entendía el por qué de su reacción, pero… en ese momento,  Kihyun levantó un poco su rostro para mirarle, y el menor sintió perder un latido de su corazón allí mismo.

"Era la maldita misma escena que esa vez…".

"

— Kihyun… — Le llamó el menor. Ambos se encontraban en su escondite especial, detrás de las escalinatas abandonadas del viejo patio de deportes, lejos de todos, en la parte trasera de la institución.

— Dijiste que me querias, maldita sea… — Susurró con un hilo de voz, evitando su mirada.

— Lo siento, no pude… no pude decirlo… — Dijo entonces, en un dudoso y avergonzado susurro mientras intentaba acercarse al mayor, pero éste se alejó unos pasos más atrás.

— ¡Creí en ti! — Gritó el castaño, elevando ahora su rostro lloroso para enfrentarle, sus ojos ardiendo de rabia — Creí en tus mentiras y palabras dulces, Changkyun… Esto siempre fue un juego para ti, ¿Verdad?

En ese momento Changkyun… el Changkyun adolescente, impulsivo y altanero, no supo que responder, solo calló y le miró intensamente durante varios segundos, segundos que parecieron eternidades para ambos... Kihyun en ese momento no lo soportó más y, haciéndole a un lado, corrió…

Se escapó del menor, sintiendo como paso a paso su corazón se partía más y más, sus ilusiones quedaban en el aire, junto a sus lágrimas.

"


"Esta vez no te dejaré ir… Está vez me haré responsable de mis sentimientos", pensó el cobrizo, regresando a su presente y encontrándose todavía con la intensa mirada del mayor. Ya no eran adolescentes tontos e indecisos, y por el brillo de la mirada en los ojos de Kihyun, supo que que él estaba pensando en lo mismo

 Not Mine || Changki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora