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capítulo dos

Capítulo dos.

-Joaquín

Un bajo susurro me despertó, abrí los ojos lentamente; mi visión estuvo borrosa por varios segundos, pero se adaptó rápidamente a mi entorno. Lo primero que vi fue mi cama, estaba a unos cuantos de distancia; las sábanas purpuras, estaban perfectamente arregladas.

Un momento...

Si mi cama esta tan lejos, ¿donde estoy yo? Como si mi cuerpo quisiera responder, un calambre atraviesa mi cuello. Fue entonces cuando me di cuenta que estaba frente a mi escritorio, y mi cara estaba sobre mi portátil. Despegue mi mejilla del teclado, y mi piel ardió, estaba segura de que tenía cuadritos marcados en mi piel.

- ¡Ay!

- Exclame frotando mi cuello, ¿cómo había podido dormir en una posición tan incómoda? La verdad no tengo idea, nisequera se en que momento me quedé dormida. Mi habitación estaba iluminada por una pequeña lámpara que estaba en mi mesita de noche.

- Joaquín.

Repitió la misma voz, y escánee mi habitación para encontrarla completamente vacía, fruncí el ceño, confundido.

- Joaquín

La voz sonaba cada vez más urgente, todavía estaba medio dormido. Me levanté y empecé a caminar como zombie hacia la ventana. Vivía en una casa de dos pisos así que mi pieza estaba en el segundo piso. Había una luna llena esa noche.

- ¡Joaquín!

Eche un vistazo afuera, pero no encontré nada, así que levante la mirada hacia el cielo.

- ¿Dios?- pregunte, asustada. Pero entonces algo duro, pegó mi frente.

- ¡Ay!

- ¡Despierta!- Sostuvo mi frente, y mire a mi jardín, confundido.

- ¿Niko?- lo mire incrédulo, él estaba en mi jardín, detrás de un arbusto. Niko es mi mejor amigo desde la guardería- ¡¿Que demonios?! ¡Me pagaste con la piedra!- me queje frotandome la frente.

- Tira las sábanas, tengo que hablar contigo.

Niko generalmente se metía en mi casa a escondidas. Yo lanzaba una sábana por la ventana, y él la escalaba como un mono. Mi ventana no era tan alta después de todo.

- ¡¿Qué?! ¡¿Estas loco?! Es... - me calle, no sabía que hora era - ¡Es tarde!- termine, inseguro.

- ¡Es una emergencia, Joaquín!

- ¿Que tipo de emergencia?

- Tipo Y.

Abrí los ojos como platos, Niko y yo habíamos creado un código de emergencia; Los tipos de emergencia iban de V a la Z. El código Y era una muy grave. Busque debajo de la cama para encontrar la sábana pre-trenzada que tenía preparada para estas situaciones, y luego tiré de un extremo por la ventana. En cuestión de segundos, Niko saltó dentro de mi habitación, su cabello negro estaba desordenado, como si hubiera pasado sus dedos por ella docena de veces.

- ¿Que pasó?

- Necesito un condón.

Di un grito de ahogo ante su respuesta.

-¿Qué? ¿hablas en serio?- Le pregunté, exasperado.

- ¡Es una emergencia!- exclamo con los ojos suplicantes.

-¡Eso no es una emergencia, idiota! ¡Compra tus propios condones! - Me dio una palmadita en el hombro.

- Por favor, Joaco, Por favor.