CAP SIETE.
Realidad: Mauricio iba a matarme.
Dato curioso: Mis calcetines no eran del mismo par.
Triste realidad: Moriría siendo virgen.
Podía haber pasado toda la tarde enumerando datos y realidades de mi vida o podía hacer algo mientras Mauricio se acercaba. Examiné la habitación en busca
de algo que me sirviera para defenderme, pero después de sólo ver osos de peluche, almohadas, lámparas de mesa de noche, ropa sucia y pinturas, me di cuenta de que no tenía nada. No obstante, podía usar el elemento sorpresa a mi favor. Sabía que Mauricio no estaba esperando mi siguiente movida. Se veía confiado, así que debía aprovecharme de eso. Con un movimiento veloz, me di media vuelta y salí corriendo de la habitación.—¡Oye! —gritó Mauricio, pero yo ya iba bajando las escaleras. Con la camiseta en una mano, abrí la puerta de entrada de la casa con la otra—. ¡Detente, Bondoni!
¡Diablos! Estaba muy cerca de mí. Mauricio era más alto y veloz que yo. Mis posibilidades de escapar eran tan bajas como mi estatura, pero al menos debía intentarlo.
Empecé a temblar al sentir el viento frío contra mi torso parcialmente desnudo y mis pies descalzos. Hice muecas de dolor mientras cruzaba el jardín, pues las flores muertas se habían vuelto duras y filosas. Nota mental: regar las estúpidas flores o te matarán algún día.
—¡Bondoni!
Miré por encima del hombro. Mauricio corría hacia mí.
—¡Antes muerto que dejarme atrapar! —grité mientras las plantas de mis pies se encontraban con el frío pavimento de la carretera. ¿Por qué teníamos que vivir en una casa tan aislada? Vivíamos en medio de la nada. Me había peleado varias veces con mamá porque yo quería vivir en el pueblo, pero, ¡claro!, ella prefería la «tranquilidad» de los lugares poco habitados. ¡Qué tranquilidad ni qué nada! Estaba a punto de ser asesinada y nadie se enteraría.
Corrí cuesta abajo, con el hielo helado golpeándome la piel. El labio inferior me temblaba mientras corría. ¡Qué frío, Dios mío! ¿En dónde diablos está el sol cuando se le necesita? En respuesta a mis pensamientos, retumbaron truenos en el cielo. «¡Genial! Va a llover».
—¡Bondoni!
No me tomé la molestia de voltear. Estaba jadeando, mi cabello estaba peor que de costumbre.
—¡Detente!
Su voz se escuchaba justo atrás de mí. «Dios mío, perdóname por no haber ido a misa el domingo pasado. Prometo que iré la próxima semana».
Al escuchar los pasos de Mauricio a mis espaldas, corrí de nuevo en zigzag para confundirlo. Debí dejar de hacer lo del zigzagueo, porque en realidad no servía para nada. De pronto, un brazo cálido me tomó de la cintura y me detuvo. Emití un chillido y forcejeé para liberarme.
—¡Suéltame! —dije, casi sin aliento. Tenía muy poca condición física (pues no practicaba ningún deporte).
—¡Jesús! ¡Cálmate! —Mauricio no sonaba tan agitado como yo. «¡Maldito futbol!».
—¡Auxilio! —grité una y otra vez.
Mauricio me tapó la boca con la mano que tenía libre.
—¡Cállate! ¿Podrías calmarte? —Me dio la vuelta y me agarró de los brazos. Mis ojos se encontraron con los suyos. Mi pecho subía y bajaba rápido por mi respiración superficial—. ¿Qué te pasa? —preguntó con el ceño fruncido—. No voy a matarte.
—¿En serio? —pregunté, esperanzado.
—En serio. Sólo quería asustarte, pero nunca esperé que reaccionaras como él loco que corre por la carretera en una película de terror.
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My Wattpad Love//AD[EMILIACO]
FanfictionJoaquín siempre ha sido el tipo tímido, pero su mundo cambia al descubrir Wattpad, una comunidad de libros electrónicos y muy popular. Se vuelve adicta a la misma e incluso alza su propia historia. Pero, ¿será amigos, comentarios y votos lo único qu...