"Déjame Pecar" (Repuesto)

Parte 6

-psst Rusia, Rusia...- el canino sentía como si lo llamarán del más allá pero por alguna extraña razón no podía ver nada. Acaso el dragón rosado nuevamente se quiere aprovechar de él. Al pensar en esto se levantó en un  instante, no sin antes haber lanzado un golpe al supuesto "dragón".

Cuando por fin abrió los ojos se percató de que estaba en su habitación y de que Alemania se encontraba en el piso sobándose su nariz.

-¡¿Por qué me golpeaste?!- grito muy enojado el alemán mientras se levantaba del suelo.

-Lo siento, pensé que eras el dragón rosado- dijo muy apenado.

Alemania miro muy extrañado a su amigo pero luego recordó ese día.

-No puedo creer que sigas traumado con eso- se notaba la decepción en sus palabras. Sin embargo no lo despertó para volver a oír la historia del dragón, el lo despertó para saber dónde estuvo toda la noche.-¿Dónde estuviste ayer?- pregunto muy serio.

-Pues por ahí- dijo nada más el eslavo, dispuesto a dormir otra vez pero antes de que se tapara con las cobijas su compañero se las terminó quitando.

Alemania por fin descubrió lo que paso ayer en la noche, al parecer su compañero tuvo una noche algo agitada y esto lo supo inmediatamente al ver las marcas que estaban esparcidas por todo su cuerpo.

-Esta vez quien te rompió el corazón- pregunto mientras su contrario trataba de taparse.

-Nadie, solo quería divertirme un poco, acaso eso está mal- cuestionó el ruso enercando una ceja.

-No- respondió derrotado el canino, sentado se en la esquina de la cama de su compañero.

Rusia se acercó al menor (por 3 meses) y le dio unas cuantas palmadas.

-Tranquilo un día de estos encontrarás a tu pareja predestinada- trato de darle ánimos a su compañero, pero aún se le hace muy estúpido ese mito y le surra más que su hermano se lo creo.

-Ya ni me lo recuerdes, pero aún estoy seguro de que lo encontraré- dijo con mucho ánimo para luego soltarle un sape a su contrario.- Y tu ya deja de romperle el corazón a los demás- mencionó muy molesto, refiriéndose a las aventuras que ha tenido su estúpido amigo.

-No te prometo nada pero ya porfavor deja dormir- se quejo el eslavo volviéndose a envolver en las cobijas.

-Te dejaré está vez, sin embargo un día de estos te veré sufriendo por un mal de amores y cuando ese día llegue me burlare todo en año en TU cara- fue lo último que dijo para luego retirarse de la habitación.

Por su parte Rusia no entendió ni un cacahuate.